El segundo vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio y presidente de la comisión nacional antipiratería, Eduardo Castillo, estuvo en Antofagasta para analizar el estado en que se encuentra el comercio regional y el impacto de la piratería y el comercio ambulante.

Esto en el marco del seminario "Prevención y Protección: Claves para el Comercio" organizado por la institución. El ejecutivo aprovechó la instancia para sostener que Antofagasta debe dar solución al problema de los comerciantes ambulantes.

"Es bueno dar ciertos permisos para ocasiones especiales, como la Fiesta de la Tirana, donde la gente puede vender de forma ambulante. Pero estos permisos se transforman en permanentes, hereditarios y van acumulándose. Cuando pasa esto, crece el comercio ilegal", sostuvo.

Castillo argumentó que el uso del espacio público sin racionalidad causó un daño en el centro de la ciudad. Es más, precisó que el problema no radica en sacar a los comerciantes ambulantes de las manzanas del casco central y sacarlos a otro lugar, sino que todo el comercio se debe regular.

Cooperación

"La Gobernación, la Intendencia, el municipio, las policías y el sector privado deben confluir para cuidar a su ciudad. No es posible que existan 200 comerciantes ambulantes en pleno centro de una ciudad tan importante como ésta", añadió.

Para Eduardo Castillo, las autoridades antofagastinas no debieran esperar una solución que venga desde Santiago, sino que deben actuar cuanto antes, y los frutos se verán por sí mismos. "No puedes caer en el análisis de decir que reubicar a los ambulantes es un acto impopular. Antofagasta pierde incluso inversión con un centro copado de vendedores informales".

Si alguien preguntara cuál es la última gran obra pública realizada en Antofagasta, la respuesta sería más que compleja. Y es que desde el potente legado del Plan Bicentenario, no hay mucho que contar.

Uno de los hitos de este ambicioso programa fue la remodelación de la Costanera Central, quizás la obra más importante de los últimos 30 años y cuyo cerebro es Víctor Gubbins, Premio Nacional de Arquitectura en 2000 y quien visitó recientemente la ciudad invitado por el Creo Antofagasta.

El denominado Plan Gubbins cambió para siempre la fisonomía del borde costero y de la principal vía estructurante de Antofagasta. De paso, fijó una carta de navegación profunda para un concepto de ciudad que mira al mar y potencia su desarrollo turístico.

De ello han pasado varios años y es el mismo arquitecto quien se encarga de realizar una radiografía de lo que fue su ambiciosa propuesta, de qué falta y cuáles pueden ser los nuevos desafíos para tener una Antofagasta de clase mundial.

¿Aún piensa que el Muelle Histórico no era necesario mantenerlo?

-Sigo pensando y hoy me doy cuenta que es una tontera lo que están haciendo. Porque no sé cuánta plata están invirtiendo en un muelle que va a tener un uso tan restringido, y eso es aprovechado por los botes pesqueros que ocupan toda la parte norte y el Club de Yates por la parte sur, perdiéndose la oportunidad de hacer una plaza del mar, como le llamo. También podría haber un escenario para distintos eventos culturales. Entonces es un error garrafal lo que están haciendo, gastando plata en algo que no corresponde.

¿Pero será un atractivo turístico cuando esté finalmente remodelado?

-Creo que no va a ser ningún atractivo turístico, sería mucho más atractivo que hubiese escenarios y al pasar por ahí ver que hay un concierto o que estén lanzando fuegos artificiales por ser fiesta de Año Nuevo, y rodeados de agua no hay ningún peligro por la pirotecnia. Además se podría hacer regatas, competencias de remo y mil cosas más que en otros lados se hacen, pero en esta ciudad no se puede, porque está el Muelle Histórico.

Con el paso de los años, ¿cómo evalúa todo lo realizado en la Costanera Central de Antofagasta?

-Con un cuatro, porque el proyecto suponía una parte central bastante ancha con una columnata de palmeras que la recorrían entera. Entonces tú te metías en esa columna y veías en perspectiva esa casa que está al fondo (Museo Regional) y la que está acá (Casa Gibbs). Entonces había un sentido, actualmente no hay ningún árbol y se angostó el paseo, porque en un principio los rieles del tren estaban a la altura del puerto y pasaban por el interior de éste, pero el puerto después consiguió sacarlos. La perspectiva que tenía en esa época, fue que el bandejón central era importante, era un parque y eso no lo defendimos suficientemente.

¿La remodelación de la Costanera ha sido la obra más importante para la ciudad en los últimos 20 años?

MALL

En este sentido, ¿fue decisiva la llegada del mall para potenciar este sector?

-No. En nuestra propuesta no estaba considerado el mall, estaba considerada un área de televida, el casino podría estar ahí y no en el lugar que se encuentra actualmente. De hecho una vez consulté a uno de los concesionarios del casino de Viña del Mar cuál sería el mejor sector para ubicar el casino de Antofagasta y me dijo cerca del centro y del mar. Después, ellos mismos (el casino) se fueron para allá (frente a las Ruinas de Huanchaca).

¿Los monumentos Hilo de Agua y la bandera gigante están en sintonía con esta propuesta?

inversiones

A su juicio, ¿por qué Antofagasta presenta un brusco freno en la inversión pública? Después de las obras Bicentenario no hay mucho que contar…

-Bueno, en otras partes es peor, Valparaíso está en picada, Viña del Mar también, porque está pasando por una crisis, te diría que Santiago es el único que se defiende en cuanto a inversiones, porque somos un país centralista tal como ustedes son centralistas con el desierto, respecto a lo que está fuera de Antofagasta. ¿Tú crees que los antofagastinos se preocupan por lo que pasa en otras regiones?, nada. Asimismo es Santiago, no se preocupa de las provincias. Por eso, ahora se quiere hacer que las regiones tengan su propio gobierno y su propio presupuesto, porque así como están no van a ninguna parte.

La falta de planificación en el crecimiento de la ciudad, es el mayor problema de Antofagasta, ¿qué rol juega el Plan Creo en esta línea de trabajo?

-Es fundamental, es un trabajo serio el que se ha realizado y va a seguir siéndolo, porque la gente que está ahí se puso la camiseta con Antofagasta. Creo que es una buena herramienta y como están tomando todo Antofagasta, creo que es una metodología muy seria la que este grupo de profesionales está utilizando y están haciendo propuestas bastante interesantes.

¿Cómo debe proyectarse el proceso de planificación en la ciudad, considerando la monoproductividad respecto a la minería?

-Creo que es un problema ensamblar con otra gente, con otros sectores. Recuerdo en la época que estuve haciendo un trabajo para Antofagasta y conversé con las autoridades de Codelco de ese tiempo y señalé que cómo era posible que las personas de Antofagasta tuviesen que viajar a Santiago para ir a un hospital y les dije por qué no hablan ustedes (Codelco) con la ciudad para dar un buen servicio hospitalario que tenga buenos equipos, y así la gente del norte podría atenderse perfectamente en un recinto hospitalario de alto nivel y sin tener que ir a Santiago, entonces las autoridades me dijeron, 'bueno es cosa de que lo estudiemos'.

¿Considera que subdividir la ciudad ayudaría a descongestionar y diversificar los servicios?

-La ciudad está dividida por recursos económicos, pero no está dividida por equipamiento. Si hubiera un subcentro sería estupendo… era lo que había en mi época en Valparaíso, en los cerros comprabas en los almacenes (subcentros), pero si querías comprar más cantidad de alguna cosa, tenías que bajar al centro, era otro nivel de compra. Entonces si aquí se logra un subcentro tú puedes comprar lo del momento y si quieres comprar algo más caro, vas al centro de la ciudad o a otro subcentro más importante.

En cuanto a dividir Antofagasta en dos comunas, no es realmente necesario ya que la tensión y la densidad aún son bastante bajas.