Extraños gustos y excentricidades, el "lado b" de 5 ilustres personajes
SOCIEDAD. A lo largo de la historia muchas personas realizaron innegables aportes a la construcción de la ciudad actual, pero algunos además tenían costumbres bastante singulares, que si bien no les restan méritos, son dignas de conocer también.
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Fueron cientos los personajes destacados que, con su aporte, ayudaron a que un naciente y arriesgado proyecto de emprendimiento en medio del desierto más árido del mundo, pudiese transformarse en el actual polo de oportunidades y desarrollo que es la ciudad de Antofagasta.
Nombres como Andrés Sabella, desde el mundo de las artes y las letras; José Papic, desde la promoción del desarrollo económico; o Antonio Rendic, desde el compromiso social, resuenan cada tanto tiempo con fuerza debido al continuo reconocimiento que la sociedad antofagastina hace de sus legados.
Pero también existe otro grupo (muchos de ellos nacidos en otras ciudades o países) que pocas veces son evocados, y que no sólo destacaron en la historia local por su compromiso con la ciudad, sino también por sus excentricidades, las cuales en ocasiones, incluso fueron más llamativas que sus propios legados.
Historias
Poco conocida es, por ejemplo, la afición que tuvo el fundador de la Sexta Compañía de Bomberos de Antofagasta, Julio Pinkas, por salir a pasear por las calles de la ciudad en una lujosa carroza arrastrada por dos aborígenes de raza negra vestidos de elegante frac; o el "divismo" de un superintendente de Bomberos y político regionalista, Gonzalo Castro Toro, quien aseguraba ser descendiente de Mateo de Toro y Zambrano, el histórico presidente de la primera junta de gobierno de 1810.
Digno de destacar es también el ingenio y aplomo de un arquitecto que, fascinado con las naves espaciales, cuando se le pide diseñar los planos para el conjunto habitacional Gran Vía (Curvo, Caliche y la Torre Pérez Zujovic), dibuja en ellos enormes estanques de agua a los cuales da apariencia aerodinámica y extraterrestre.
Aquí, una breve reseña de algunas personalidades que, si bien destacaron en lo público, también lo hicieron por su comportamiento personal.
1879 comienza Lily Garafulic, la escultora local que llegó a salir en la revista Times gracias a su obra, 'Los 16 Profetas' creada en 1947. Fue una de las máximas representantes chilenas de este arte.