Terral, de Ferraro
Terral es un libro premiado por la Sociedad de Escritores de Chile. Es magnífico. Terral está ubicada en algún punto de la pampa salitrera y en un pueblo o acaso menos, simple caserío con sus tenduchos de trapos, sus hospederías, cantinas, tugurios de juego, prostíbulos y viviendas particulares.
"Hay espejismos, dice uno de los personajes, lagos de agua pura y helada, castillos, embarcaciones y muchachas, ciudades. Enloquecemos bajo el sol amarillo e implacable".
Este es el escenario. Un paisaje subjetivo que completa el estado de ánimo del personaje.
En aquel caserío, viven y actúan seres humanos. El viejo tendero José Árbol "con sus arrugas profundas, sucias; su avaricia, su temperamento colérico e injusto". Creso es un personaje accidental pero intenso.
Compra derramando billetes, sin preguntar precios, se limpia y transforma vistiéndose de nuevo y huye en un auto de arriendo hacia el puerto más próximo en busca del mar, de la libertad. Pero es también algo de la pampa.
Otro es, Eladio Rojas "es grande como una montaña y tierno como un niño de pecho". La escena en que Pedrín y Eladio se van al restaurant de los Sarria, comen y beben como energúmenos y quieren marcharse sin pagar, es impagable.
Poseen dinero y crédito, pero necesitan amenizar la vida con una batalla campal de estruendo histórico, arremeten con taberneros y mozos del servicio, dan y reciben palos y bofetadas, y luego se marchan todos juntos, vencedores y vencidos, a celebrar el episodio a una casa de remolienda vecina. Es típico en las costumbres pampinas.
Los amores de Pedrín y Lucía, la mujer del tabernero Sebastián Hoja, procura emoción y suspenso a la novelita.
Ella es mujer tuberculosa, frágil, tímida; pero su marido es un bruto asqueroso que la domina y la explota haciéndola trabajar como bestia. Pedrín la ama casi románticamente y la posee como un ilusionado por los espejismos del desierto.
¡Misterios del corazón humano! Pedrín, aullante de dolor, deberá partir solo…
Fernando Santiván, 1960