En el contexto de un desprestigio generalizado de personas e instituciones, bien vale la pena destacar un caso que sistemáticamente en el tiempo ha consolidado una buena opinión de los vecinos: Carabineros de Chile.
La policía chilena nuevamente se ubicó como la institución que más confianza genera en los chilenos, de acuerdo al recientemente Estudio Nacional de Opinión Pública (Encuesta CEP). El 54% de las personas consultadas respondió que tiene "mucha o bastante confianza" en los uniformados.
La positiva evaluación hacia la institución es relevante considerando que, según la misma publicación y otras, la delincuencia es la principal preocupación de la ciudadanía. En este sentido, Carabineros ha realizado grandes esfuerzos en optimizar sus operaciones y estrategias preventivas, contribuyendo en la importante disminución de casos policiales del año 2016, tanto a nivel país, como en Antofagasta.
¿Pero qué explica el éxito permanente de Carabineros? Intentando una respuesta, debe citarse lo comentado anteriormente. Los funcionarios operan en una materia de alta sensibilidad para la población, pero es indudable que es más que eso. Carabineros trabaja en las calles, con la gente, combatiendo el delito.
Para cualquiera de nosotros, es una labor que ni siquiera imaginamos. Ellos se enfrentan a la muerte cada día, cuestión que muy pocas profesiones y oficios pueden decir.
Un oficial, sale de su casa sin saber si regresará; sin embargo allí los vemos día y noche, bajo el sol abrazador, en todos los rincones del país, prestando ayuda, haciendo soberanía, cuidando a los más débiles y muchas veces incomprendidos.
Han cometido errores, claro que sí, pero han tenido la grandeza de asumir sus equívocos y salir adelante, siempre cercanos a la gente, cual parece ser una de las claves que explican estos resultados sostenidos en el tiempo.
Así, parece natural entonces que nuevamente ocupen un lugar de vanguardia, algo que otras instituciones de la República bien podrían estudiar y poner en práctica.