"Aburrida espera"
Cristián
Morales
comentarista deportivo
Mucho se habló de esta nueva final de la NBA. Era la primera vez que los mismos equipos repetían por tercera vez una definición por el anillo de campeón de la liga norteamericana de baloncesto, pero ha estado lejos de ser peleada.
Esta noche en Ohio, los Golden State Warriors podrían "barrer" con los Cleveland Cavaliers si ganan el cuarto partido de la serie, donde los californianos han sido amos y señores del juego.
En los primeros dos partidos quedó muy en claro que la llegada de Kevin Durant era simplemente para dejar atrás la vergüenza del año anterior donde LeBron James guió una épica remontada para que los Cavs se coronaran campeones.
Con una soberbia actuación, el exjugador de lo Oklahoma City Thunder se adueñó del espectáculo en la serie, que rápidamente se fue a la casa de los monarcas con un 2-0 arriba.
La noche del miércoles, los Cavaliers dieron muestra de entrega y buen juego, pero volvieron a caer con la falta de jerarquía de algunos de sus jugadores, quedando la serie a "tiro de cañón" para los Warriors.
Una final lejos de ser apretada, donde un solo he equipo ha mostrado un buen juego, fiel reflejo de esta nueva NBA, que creció en ingresos económicos, pero perdió esa lucha casi encarnizada entre varios equipos como lo fue en la década de los 80 y 90.
Si bien Lakers, Celtics y los Bulls de Jordan dominaron este periodo, al frente tenían equipos con jugadores estrellas, que hacían más complicadas las cosas a los monarcas, algo que en la actualidad, parece lejos de volver a repetirse.