Constanza Caldera Pfeiffer
Han sido días principalmente destinados al relajo y a recuperar horas de sueño, en el que define como su año "más duro, desafiante y maravilloso".
Luego de ser derrotado en la segunda vuelta presidencial por el candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera, el senador Alejandro Guillier intenta sobreponerse de la intensa campaña y enfocarse en la labor parlamentaria, pues aún le quedan cuatro años como representante de Antofagasta.
Con la mirada cansada y sentado en el living de su departamento de avenida Grecia, el ahora excandidato de la Nueva Mayoría repasa los principales acontecimientos vividos los últimos meses, sobre todo las semanas posteriores a la primera vuelta, periodo en que se definió lo que parecía una carrera apretada a La Moneda.
En su vivienda Guillier se siente cómodo, rodeado por los recuerdos familiares. Las paredes lucen cuadros realizados por su hermana, la pintora María Raquel Guillier, además de fotos de sus familiares más cercanos. Incluso se puede distinguir un retrato suyo, de cuando era más joven y seguramente ni siquiera pensaba en una postulación a la Presidencia.
¿Cómo han sido estos primeros días después de la derrota electoral del domingo?
-Bueno, primero han sido de relajo, pese a que teníamos sesión (del Senado) el martes. El día lunes hice muchos llamados a amigos, colegas, colaboradores para consolar un poco a nuestra gente, y después me fui a hacer una conferencia de prensa para ya cerrar el capítulo elecciones. En la tarde descansé, dormí bastante, lo que no hacía en mucho tiempo; y el martes al Congreso, porque teníamos que aprobar varias leyes que son parte de la agenda (legislativa) que se está terminando, incluyendo el tema de la transferencia competencias para los gobernadores regionales, y asegurar que tengamos elecciones el periodo que viene.
¿Cómo se siente?, ¿está cansado?
-No, me recuperé rápido. Soy de los que con dos días de dormir, ya me recupero.
¿Se ha sentido solo?
-No, mi candidatura fue fuera de todo contexto, de toda expectativa. Salió, pero recuerda que en marzo, abril, mayo, junio, los partidos me sacaban la mugre (...) porque están acostumbrados a militantes que han hecho la carrera de concejal hacia arriba, que han militado toda su vida. Y de repente aparece un independiente, y el sector de la centro izquierda no está acostumbrado a este tipo de liderazgos.
Pero usted piensa en lo que fueron las elecciones, porque igual fue un año intenso…
-El más intenso en mi vida. El más duro, desafiante y el más maravilloso, o sea, tiene todos los contrastes de un año intenso, de recorrer el país, conocer Chile, una maravilla. Ahora, el tema político es algo complejo, es un mundo difícil, además en un periodo en que el país está cambiando, y nadie le está pescando mucho la pista, porque Sebastián Piñera la veía muy difícil, igual que yo, los días previos (a la segunda vuelta). Es decir, nadie sabía lo que iba a pasar, esa es la verdad.
Entonces, tuvimos una primera vuelta en que el país se va a la izquierda, y una segunda vuelta en que se va a la derecha. O sea, es un país que está buscando un rumbo muy intuitivo, y los liderazgos políticos están desconcertados, hay que asumirlo. Los propios piñeristas no se esperaban este resultado, nosotros tampoco dicho sea de paso.
Elección
En un momento se pensó que el resultado sería muy estrecho, sin embargo, la diferencia fue bastante holgada…
-Se esperaba, porque en rigor, yo sumé más del doble de votos que en la primera vuelta, o sea yo cumplí mi objetivo, pero votó más gente. Nosotros suponíamos que esa gente que no votaba era gente nuestra, pero en realidad la que salió a votar es gente de derecha, que yo creo que se asustó en parte por la campaña terrorista. Eso de que Chile se va a transformar en Venezuela, que yo era comunista, que estaba metido con el narcotráfico. Eso resistió mucho, en eso tuvieron resultados, pero bueno, eso es política, es campaña.
Uno tiene que asumir que esto es así, es duro. Y por buscar el apoyo quizás del Frente Amplio, soltamos un poquito el centro. Entonces Piñera lo aprovechó bien, porque José Antonio Kast fue más funcional con Piñera que la funcionalidad que nosotros logramos(...) Kast asumió que iba a tener que concentrar el voto de extrema derecha, para que Piñera pudiera desplazarse hacia el centro. Nosotros en cambio, tuvimos que definir entre la izquierda y el centro, y ahí privilegiamos un poquito, quizás mucho, a la centro izquierda, y ahí están los resultados también.
¿Cree que se izquierdizó el discurso hacia el final de la campaña, y que eso puede haber influido en el resultado?
-No, porque en rigor el programa en su esencia no se tocó. Lo que se tocó fue la priorización de políticas sociales. Por ejemplo, el tema del Crédito con Aval del Estado (CAE), que nosotros no lo teníamos como gratuidad completa, tuvimos que hacer cálculos y ver si se podía, cuadraba, lo que significa postergar otras inversiones sociales.
En realidad fueron más que nada ajustes, pero creo que se montó bien, la derecha fue inteligente. Como al Frente Amplio lo percibían más a la izquierda, y nosotros teníamos que ir a buscar ese voto, instalaron en la cabeza de la gente la idea que el país se estaba izquierdizando más de la cuenta, porque Chile es un país de centro izquierda, pero no es de izquierda. Entonces, el matiz con que te puedes desplazar a la izquierda o al centro político es muy sensible, y bueno, lograron asustar a la gente.
En el último debate se le criticó la falta de claridad y solidez. ¿Cuál es su autocrítica?
-Probablemente dificultad para explicar las propuestas, por ejemplo lo del CAE es un tema técnico, de dónde se saca el dinero, cuánto es el 40%, es una afirmación genérica, porque no sabemos cuánto es el 40% más pobre (...) y otros temas, cómo haces una asamblea constituyente en un orden institucional que no tiene reconocimiento de la asamblea constituyente.
¿Se siente principal responsable de la derrota?
-Algún grado de responsabilidad se tiene. Pude haber sido más claro, haber trabajado quizás de una manera distinta. Por ejemplo, en el desplazamiento territorial fuimos mucho a las comunas donde teníamos alcaldes, concejales, pero descuidamos las comunas donde no teníamos mayoría, entonces hubo poco despliegue. El motivar a la gente es tarea del candidato.
¿No tener el respaldo de todos los partidos de la Nueva Mayoría, también le influyó?
-Bueno, pero eso es parte de la dificultad. Ahora, si los partidos de la Nueva Mayoría hubiesen estado en buenas condiciones habrían llevado un candidato propio, no me habrían llevado a mí. A mí me llevaron porque no lograron levantar un candidato con alguna opción de ganar en algún momento. Ellos hablaban de quién iba a ser el candidato que iba a administrar la derrota, para mantenerse unidos, etc, y esa era como la gran aspiración el año pasado. Nosotros levantamos la tesis de que había que dar la pelea.
Futuro
¿Cuál es el futuro de la Nueva Mayoría, usted cree que su fin es el 11 de marzo próximo?
-Lo que pasa es que la Nueva Mayoría es una coalición de gobierno. Se ponen de acuerdo un grupo de partidos en torno a un candidato y un programa para gobernar el país, ahora somos oposición. Es decir, ya no tienes urgencia de tener una coalición, te basta una simple coordinación para tener posturas comunes en aquellos temas que son compartidos por nosotros. Por ejemplo, la defensa de la educación y la salud pública, insistir en la reforma a la Ley de Pesca, la Reforma Previsional y la descentralización, que a mi juicio son ejes muy importantes, y eso nos va a unir.
A usted siempre se le ha criticado poca presencia en la región, que no ha hecho nada por la zona, y eso al parecer, repercutió en la votación que obtuvo en la zona. ¿Como respondería a esas críticas?
-Primero, es injusto. Porque yo cuando estaba sólo de senador venía todas las semanas. Lo que pasa es que visité Tocopilla, Taltal, San Pedro de Atacama, Sierra Gorda, algo que los anteriores senadores nunca hacían. Segundo se obtuvieron varias cosas, que no es mérito sólo mío, sino también de todos los parlamentarios oficialistas, por ejemplo, logramos la construcción de dos hospitales y varios cesfam (también mencionó la ley de equidad tarifaria, entre otros avances).
Usted dijo que si salía elegido Presidente, se retiraba en cuatro años más de la política. ¿Mantiene esas declaraciones?
-Eso hay que verlo, hay que hacer bien la pega, y después ver en qué encajas en cuatro años más, porque uno está más viejo también.
¿Pero no descarta continuar en política?
-No, pero pueden ser otras cosas también. Por ejemplo, yo creo que uno de los problemas principales que tenemos es que a la centro izquierda le falta formación de líderes, y yo fui profesor, me gusta serlo, quizás lo mejor para mí es terminar como profesor, pero trabajando en la formación de líderes para el Siglo XXI desde el progresismo.
"Tuvimos una primera vuelta en que el país se va a la izquierda, y una segunda vuelta en que se va a la derecha. O sea, es un país que está buscando un rumbo muy intuitivo"."
"Si los partidos de la Nueva Mayoría hubiesen estado en buenas condiciones, habrían llevado un candidato propio, no a mí"."
83.245 votos obtuvo en la Región de Antofagasta el senador independiente y excandidato presidencial de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier, lo que significó el 46,18% de las preferencias.
182.263 electores votaron en la segunda vuelta presidencial del pasado domingo en la Región de Antofagasta, donde el presidente electo, Sebastián Piñera, obtuvo 97.027 votos.