Hay titulares importantes en el año y, sin duda, cuando se reconocen a los Jóvenes Líderes del Norte, las páginas del diario se envuelven con los importantes estímulos que agradecemos cordialmente de parte de las empresas e instituciones que destacan a la juventud del norte, tan querida como cuestionada a ratos. Qué mejor que reflexionar sobre las características que identifican a la generación 'millenial' que nació con tres brazos, a saber: el izquierdo, el derecho y la extensión para el celular.
Los jóvenes somos opinantes, sin miedo a decir lo que pensamos. A veces nos exaltamos un poco pero siempre creyendo que ese ímpetu es el que permite los cambios.
Somos activos, partícipes y con motivación en diferentes áreas, como la medio ambiental, científica, deporte, astronomía, talentos, emprendimiento social y otras más; Nos gusta disfrutar y pasarlo bien con nuestros amigos, esos que construyen identidad y agregan al anecdotario de los adultos los buenos recuerdos; no actuamos con indiferencia; los jóvenes tenemos alma para ser emprendedores con real responsabilidad e innovadores, crean para vivir y viven para crear; tenemos conciencia crítica y somos partícipes de la construcción del futuro de nuestro país, soñamos y actuamos en consecuencia. Somos hijos de la generación de la estabilidad, de la democracia, de las libertades de actuar, de enseñanza y de que podemos cumplir nuestras proyecciones.
El reconocer a los "Líderes del Norte" implica galardonar a mujeres y hombres de diversas áreas que el Estado requiere potenciar para ampliar sus objetivos propuestos para lograr fines comunes. Como dice la psicología "Es importante marcar hitos que evidencien acontecimientos importantes en la vida de cada uno": este 2017 11 jóvenes de la región han marcado un antes y un después en su vida como actores sociales.
A ustedes premiados, y a los que leen esta columna, les digo: no claudiquen, salgan a la calle y peleen sus justas causas, habiten el barrio, no contaminen, equivóquense, vivan felices, enorgullezcan a su entorno, sean buenos amigos, generen oportunidades, contribuyan al buen ánimo, no avalen las malas prácticas, voten, cuiden el norte que Sabella ilustraba en sus obras y que Adriana Zuanic reflejaba en el cine, salgan adelante, comprométanse y sean buenos ciudadanos.
En mi caso, esta distinción que recibí el 2015 es, sin lugar a dudas, el mejor premio que he obtenido en estos años de figuración pública y que guarda un especial espacio en mi hogar, pero reconozco que tras el logro hay personas que confían en uno, nos dan la mano y la oportunidad, nos ayudan y hasta nos retan, incluso merecen más el premio, pero siempre cada uno de los que confían en nuestras capacidades nos contribuyen y suman para crecer.
¡Enhorabuena a los premiados de este año! Como nos dijo a los condecorados del 2015 el sacerdote Felipe Berríos "sigan haciéndonos cariño" y que la sociedad nos otorgue siempre el impulso necesario para seguir adelante.
Ya finalizada la elección presidencial, es posible apreciar que Chile eligió el progreso, el sentido de desarrollo y la optimización de las políticas públicas, para así mejorar la calidad de vida de todos los chilenos. Atrás quedó un diálogo marcado por un tono cáustico y confrontacional. Uno de los aspectos esenciales del discurso que devolvió a Chile Vamos la gestión del país -por los próximos cuatro años- fue precisamente el corazón de las preocupaciones de la clase media: el empleo.
Algo no menor cuando el desempleo ha aumentado de manera sustancial, afectando principalmente a la región de Antofagasta. En efecto, el último boletín sobre empleo nacional elaborado por el INE, correspondiente al trimestre agosto-octubre, señala que la ocupación minera en el país llegó a 185 mil empleos, una disminución de un 8% en los últimos 12 meses, es decir, 15 mil empleos menos en solo un año, convirtiéndose en la cifra más baja desde enero del 2010, y muy lejos de los 261 mil empleos mineros que se llegaron a generar en septiembre del 2012.
Como si esto no fuera suficiente, Antofagasta lidera, por séptimo mes seguido, la tasa de desocupación regional, con un 8,7%, en circunstancias que el promedio nacional es de 6,7%.
Tal vez hubiese sido recomendable que este tipo de datos se encontrasen presentes al momento de elaborar el programa y la estrategia comunicacional de la frustrada candidatura presidencial de la Nueva Mayoría. En vez de eso, vimos que su prioridad no fue la creación de empleo ni retomar la senda del progreso, sino que continuar una serie de malas reformas estructurales y pésimas políticas públicas, las cuales distan por mucho de ser los incentivos que el país necesita.
Por otro lado, de acuerdo a un estudio recientemente publicado por la Cepal, titulado "La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe, 2017" -el cual presenta y analiza las principales tendencias de la inversión extranjera directa (IED) en América Latina- Chile tuvo una de las bajas más acentuadas de la región, con un 40,3% menos de IED que el año anterior.
Esto hace que, por segundo año consecutivo, el país muestre un retroceso en la materia, totalizando solo US$12.225 millones de dólares, el monto más bajo de los últimos diez años. Se debe tener presente que el 2015 la IED en Chile fue de US$20.469 millones. Además, dicho informe constata que las inversiones que fueron anunciadas en 2016 disminuyeron en casi un 40%, señalando también que la actividad minera "registró un marcado descenso en los últimos años" y que "la minería de cobre ha perdido dinamismo".
Chile, en estas elecciones, decidió dejar atrás la continuidad de malas reformas estructurales y pésimas políticas públicas y optó por soluciones basadas en la evidencia y no en ideologías. El llamado entonces es a no olvidar las prioridades de la clase media y trabajar por un mejor país y una mejor región.
Víctor Silva
Líder social
Sebastián Sotelo
Área Legislativa Fundación Jaime Guzmán