Jonathan Villella Coyán
El padre Felipe Berríos llegó a Antofagasta en 2015, después de haber estado misionando en el Congo, y se integró de lleno al trabajo en los campamentos, pero no desde fuera, sino que integrándose a la vida misma al interior de uno de ellos.
De este esfuerzo surgió el campamento "Luz Divina VI", donde vive actualmente, y que es considerado un modelo del trabajo colaborativo para superar esta condición.
Desde su mirada social de las cosas, Felipe Berríos interpreta los últimos acontecimientos que han abierto polémica, como el cartel que la semana pasada el municipio instaló en el frontis de su edificio para tomar distancia de problemáticas que son sensibles en la comuna, entre ellas, precisamente el drama de los campamentos.
La acción fue duramente criticada por distintos actores sociales, que vieron en este letrero una falta de compromiso con algunas realidades insoslayables. Mirada con la cual el sacerdote jesuita concuerda.
Servicio
¿Qué le pareció el cartel que se colgó en el frontis del edificio consistorial la semana pasada y que decía que migración, campamentos, hoyos en las calles y el Hospital Regional no son temas de responsabilidad municipal?
-Creo que fue un error, que no debe haberlo visto la alcaldesa (Karen Rojo). En cualquier repartición pública, y más en una municipalidad, todo problema que aqueje a la ciudad, es un problema del cual corresponde que el municipio se preocupe.
Todo lo que tenga que ver con los ciudadanos y con el entorno donde están, también es problema del municipio. Por eso creo, o al menos yo entiendo, que ese cartel fue una equivocación. Me imagino que fue una medida poco pensada, y por eso también lo sacaron unas horas después.
¿Cuál debe ser la mirada del municipio respecto a estos temas, que son de preocupación ciudadana?
-Yo entiendo que los municipios están para trabajar por la gente, y creo que, más que campañas publicitarias o comunicacionales, lo que la gente va a juzgar al final es qué es lo que el municipio ha hecho por la comunidad. Eso es lo importante, que el municipio se preocupe de la ciudad y sobre todo de la gente que tiene menos recursos y no se puede valer por sí misma. Eso se espera de un municipio.
¿Qué rol debiera jugar el municipio, por ejemplo, en el tema de los campamentos, considerando que esta problemática social nos toca bastante en la ciudad?
-Lo que pasa es que los municipios son la cara visible de lo que es el servicio público, y con esa clase de letreros se daña la imagen que la sociedad tiene de lo que debería ser un servicio público. Aquí, en este caso, con este letrero, el municipio está diciendo que esos temas no son su problema. Y ese es el punto, un habitante de Antofagasta espera que cualquier servicio público, y más aún un municipio, haga suyo todos los problemas que existen en la ciudad.
¿Qué hace falta en la política regional, para que este tipo de cosas, como el cartel, no pasen?
-Pienso lo siguiente: no se gobierna con carteles ni con campañas comunicacionales. Las cosas no se soluciona diciendo que estamos dolidos y luego pedimos perdón.
Creo que la gente ya pasa de los carteles o de las palabras, la gente quiere ahora hechos concretos, así como no quiere que la iglesia siga pidiendo perdón, sino que en verdad haya cambios, tampoco quiere que pongan más carteles, sino que haya más trabajo por parte de los funcionarios. Uno tiene que hablar con los hechos más que con las palabras. Eso es lo que hace falta.
¿Cuál es su opinión del momento actual que atraviesa la casa consistorial, teniendo a la vista la serie de investigaciones en que está envuelta, como el caso Main, Cementerio y las mochilas?
-Creo que en este tipo de situaciones, o en todos los casos que están siendo investigados, lo más valioso que tiene una persona, es su honra. Por lo mismo, hay que ser bien cauto y esperar lo que diga la justicia. Y no apresurarse a hacer un juicio, sería injusto.
Ya nos ha tocado, en diferentes casos, de diferentes sectores políticos, en diferentes circunstancias, tener que opinar al respecto. Hay gente que de manera muy rápida se forma juicios y tenemos que esperar tranquilos y confiados que la justicia hará su papel, entendiendo que ellos, al final, son los que dictaminarán qué hubo en estos casos.
Iglesia
Felipe Berríos ha sido un actor relevante dentro de la Iglesia Católica y también ha desarrollado una labor social importante como capellán y fundador de Techo Chile e Infocap.
En lo interno, no pocas veces ha planteado sus diferencias con la cabeza de la Iglesia Católica chilena, lo que lo ha puesto en un escenario de tensión con algunos de sus principales líderes.
¿Qué le parece lo que está ocurriendo actualmente con los cardenales Francisco Javier Errázuriz y Ricardo Ezzati, dos figuras claves de la iglesia chilena que enfrentan cuestionamientos por su accionar en casos de abusos cometidos por religiosos?
-Al igual que la respuesta anterior, hay que esperar que la justicia investigue, y me gusta que sea la justicia la que investigue y no la Iglesia, y que la justicia eventualmente llegue a una conclusión. Ahora, qué es lo que pasa. Que las actitudes anteriores que han tenido el cardenal Errázuriz y el cardenal Ezzati, hacen que la gente tenga dudas.
Por ejemplo, en el caso de (Óscar) Muñoz (excanciller investigado por abusos), quien tenía un puesto importante en el Arzobispado de Santiago, él mismo fue quien se autodenunció, y a pesar de eso, sigue teniendo actividades pastorales. Y esas son las cosas que hacen ruido, más que ruido, molestan y hacen que uno desconfíe profundamente de la jerarquía de la iglesia.
¿Cómo considera que ha llevado la iglesia las investigaciones por encubrimiento y abuso sexual?
-Creo que hay algo que está podrido. Creo que hubo negligencias, procesos muy lentos, pero también que ha habido mucha corrupción. Ahora, creo que también parte de la responsabilidad es de la sociedad civil, porque todavía no sacamos la ley donde los delitos de abuso sexual a menores no prescriben (una indicación de gobierno aumenta la prescripción a 30 años).
Yo no sé por qué todavía no se saca esa ley, porque cuando esa ley esté lista, no será necesario que la Iglesia intervenga, sino que será la Justicia quien investigará con mayor claridad y transparencia.
No debieran prescribir los casos de abuso sexual a menores, incluso los que han prescrito, deberían volver a investigarse. Eso demostraría que la sociedad chilena en verdad quiere investigar y sanar todo esto. Mientras no esté esa ley, seguirá siendo la Iglesia la que se investiga a sí misma, y eso en algunos casos, por el sistema de investigación que existe, conduce a ocultamientos.
la imagen que la sociedad tiene del
servicio público"
" Aquí, en este caso, el municipio está diciendo que esos temas no son su problema. Y ese es el punto, un habitante de Antofagasta espera que cualquier servicio público, y más aún un municipio, haga suyo todos los problemas"."