Las estimaciones y proyecciones de la población en el país 1992-2050 realizadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dan cuenta de un fenómeno que ya no debiera sorprendernos: Los chilenos somos cada vez más viejos, mientras la tasa de natalidad se ha reducido casi al mínimo.
De acuerdo al análisis del INE, hacia el año 2029 la fecundidad tendrá su nivel más bajo, con un promedio de 1,57 hijos por mujer al final de su vida fértil, retomando una leve alza al final del período.
A esa fecha, la esperanza de vida tendrá un aumento en ambos sexos, alcanzando al final del período proyectado, es decir, en 2050, a 83,2 años para los hombres y 87,8 años para las mujeres. No solo eso. Si bien en 30 años más el número de habitantes aumentará en aproximadamente 2,8 millones (para llegar a 21,6 millones), se prevé que el segmento mayor de 65 años representará el 25% de la población, es decir, una de cada cuatro personas.
Lo anterior es una transformación de enorme magnitud con implicancias a todo nivel.
De paso, planteará desafíos tremendos en políticas públicas y obras de todo tipo. Las pensiones son un asunto muy relevante, pero también la salud, la vivienda, la disposición de tiempo, ocio y entretenimiento para este segmento. Las ciudades deberán tener nuevos diseños, lo mismo que el transporte y el trabajo.
En salud habrá que avanzar hacia la consecución de especialidades que serán cada vez más demandadas. Gerontólogos, especialistas en diabetes, en aspectos óseos, musculares, solo por nombrar algunos, simplemente porque el número de ancianos aumentará.
Chile será muy distinto a lo que conocemos. Y para advertir aquello solo basta recordar que la población nacional ya es muy diferente a lo que se registraba hace treinta o cuarenta años cuando las familias tenían tres o cuatro hijos. Hoy es menor a dos, cifra que ni siquiera asegura la tasa de recambio.
El cambio estructural de la nación es profundo y ante ello es urgente asimilar que habrá que generar políticas públicas bien precisas que alienten incentiven los alumbramientos, pero que también cuiden a la tercera edad que veremos incrementada.