El impacto de un crimen
Los hechos ocurridos las últimas semanas dejan un sabor amargo en todos, tanto por los crímenes, como por la sensación de impunidad. No nos merecemos aquello.
En Antofagasta está sucediendo algo con la delincuencia que parece no calibrarse lo suficiente. Son varias las muertes que han sorprendido por su violencia a la comunidad, generando obvia inquietud, en especial por el nivel y tipo de ensañamiento.
Los crímenes ocurridos en el sector de La Portada son los ejemplos más conocidos, pero, lamentablemente, no los únicos. El más reciente fue el asesinato de un camionero a quien robaron 32 mil litros de petróleo y así hay otros casos.
Con los dos primeros, lo que llama la atención, incluso más que las muertes, son las formas, la brutalidad con que fueron ejecutados un ciudadano chileno y otro boliviano. Ese violento mensaje es lo más inquietante y macabro de ambos sucesos.
No es extraño que la primera impresión sea relacionarlo con grupos ligados al narcotráfico, pues ese es el estilo observado en varios países azotados por esa lacra. Pero tampoco es descartable que sean otras bandas que tomen tales ejemplos -por lo demás, bastante expuestos en series de televisión- para asumir cierto poder o fama.
A lo anterior sumamos el crimen, con características de secuestro, ocurrido el lunes, frente a lo cual se habla de una mafia o grupo especializado en el robo de combustible.
El hecho concreto es la inquietud y temor que generan tales sucesos en la población. Antofagasta debe ser hoy una de las ciudades más interesantes del país por el "boom" económico que está viviendo y, más allá de aquello, presenta interesantes características para atraer población y familias por las enormes oportunidades que ofrece.
Por ejemplo, así como las empresas, nuestras universidades pueden convertirse en grandes atractores de jóvenes de toda Latinoamérica, pero hay que generar las condiciones sociales para ello. ¿Cómo vendemos hoy Antofagasta? ¿Cuál es la imagen que estamos construyendo? El asunto es preocupante porque este tipo de hechos aleja aún más a quienes han elegido a este enclave como la tierra donde podrían pasar el resto de sus vidas e impide el arribo de otros.