Las precipitaciones que el fin de semana afectaron a la región provocaron verdaderos estragos. En Tocopilla la lluvia causó deslizamientos de tierra y en San Pedro de Atacama obligó al cierre de los pasos fronterizos desde la tarde del sábado. Incluso la Onemi declaró la alerta amarilla para ambas provincias.

Alrededor de 100 camiones están detenidos en la zona cordillerana. Por eso personal del Ejército, autoridades y privados están prestando apoyo, principalmente a los conductores que no pueden salir de la zona y no cuentan con el resguardo necesario.

La intendenta (s), Claudia Meneses, explicó que se llevó agua para el consumo y el aseo personal a todas las personas que iban en tránsito y quedaron atrapadas en la ruta.

"Aún no sabemos cuánto durará esta condición climática, por eso estamos tomando los resguardos necesarios para no tener complicaciones con el paso de las horas", dijo la autoridad la tarde de ayer.

Producto de las fuertes nevazones, los pasos fronterizos de Sico, Jama e Hito Cajón permanecen cerrados. Además, la División Chuquicamata de Codelco, decidió decretar la alerta preventiva en la faena.

Dentro de las recomendaciones indicadas producto de los vientos, está la restricción de trabajos en altura o las actividades de izaje.

ALUVIÓN

En Tocopilla las precipitaciones causaron aluviones al norte de la comuna, situación que dejó la Ruta 1, que une esta localidad con la ciudad de Iquique, cerrada por varias horas.

Claudia Meneses puntualizó que el tramo más largo de la carretera, de unos cinco kilómetros, fue despejado a eso de la 15 horas. La idea de las autoridades era dejar la carretera completa habilitada durante la tarde ayer. La ruta fue cortada en cuatro puntos distintos por los deslizamientos de material, afectando a cientos de conductores. "Carabineros tuvo que pedir ayuda a Iquique para identificar las zonas más afectadas a través de un sobrevuelo en helicóptero", detalló la autoridad (s).

El corte afectó a diversos vehículos de transporte y particulares que transitaban por el lugar cerca de las tres de la madrugada, cuando se produjeron los aluviones, que incluso en algunos sectores llegaron a tener un metro de altura.

Como medida preventiva fue evacuada la población Tres Marías, ante el peligro de un desplazamiento más grande de barro y rocas. La medida fue tomada por el municipio de la comuna portuaria.

Pronóstico

El director regional de la Onemi, Mario León, recalcó que las provincias de Tocopilla y El Loa se mantienen en alerta amarilla porque la información proporcionada por el Centro Meteorológico Norte indica la posibilidad de nuevas precipitaciones. "Hasta la tarde de ayer las condiciones del tiempo eran estables, pero está todo preparado para cualquier emergencia que pudiera surgir", aseguró.

El jefe de la oficina de emergencias recalcó que en la zona cordillerana, específicamente en San Pedro de Atacama, no se registran personas damnificadas producto del temporal, aunque igual se conformaron los respectivos comités de emergencia.

"Solamente está habilitado el paso de Ollagüe, pero con restricciones de tránsito. El panorama es alentador en relación a la madrugada del domingo, donde se registró la mayor caída de agua y nieve", sostuvo el personero.

Como un hito positivo calificaron los vecinos de la Cárcel de Antofagasta, el traslado de los reclusos al nuevo recinto penitenciario ubicado en el Nudo Uribe, en las afueras de la ciudad.

Las familias, que por años convivieron con los problemas que generaba el centro, pasaron su primera noche de absoluta tranquilidad en años. Sólo la guardia de Gendarmería les recordaba que frente a sus casas existe un penal.

"Era lo que se tenía que hacer, esto mejora la calidad de vida de nosotros y también la de los reos", explicó una de las vecinas, Vivian Castillo.

RUIDOS

RUIDOS

La pobladora comentó que durante las noches era frecuente escuchar a los reos gritando porque no tenían luz o agua. "No estaban las condiciones para que ellos estuvieran en un espacio digno", recalca.

Para la profesora Cecilia Carvajal, quien vive a una cuadra de la cárcel, los motines fueron los hechos más peligrosos que sucedieron. "Ahora no los tendremos y eso dejó muy conforme a la gente", dijo.

El minero Julio Campillay lleva más de tres décadas viviendo junto al recinto penitenciario, y expresa que en éste había hacinamiento.

"Es una infraestructura que no sirve para los más de mil reos que felizmente salieron de ahí y ahora tienen un lugar mejor", sostuvo.

Pese a la felicidad por el traslado, los vecinos saben que se trata de algo temporal, porque los planes de Gendarmería son acondicionar el centro para reclusión de imputados y personas condenadas por delitos menos graves.

Al respecto, los pobladores expresaron que lo ideal sería destinar el espacio a un centro de reinserción social para los propios reos o construir un parque o una plaza.

Otro punto que destacaron es que las autoridades tienen la obligación de ayudar a los familiares de los presos con el transporte hacia la nueva cárcel ubicada en el Nudo Uribe.