María es cajera en una panadería ubicada en el centro de Antofagasta. En los últimos 15 días, en dos oportunidades fue apuntada con un arma por delincuentes que asaltaban su lugar de trabajo. Está asustada, no habla mucho del tema, tiene miedo de salir a la calle, e incluso pensó en dejar de trabajar. Dice que siente temor al ver a jóvenes caminando junto a ella, no quiere salir de noche, su vida social ha disminuido drásticamente.

Una compañera de trabajo explica que han sido días complicados para todos quienes se desempeñan en el lugar, ya que "todos estamos con miedo". Agrega que María sufrió ataques de pánico y que cada vez que tocaban el tema de los asaltos, rompía en llanto.

María señala que no se ha ido porque su empleador se comprometió a implementar medidas de seguridad en el local, además un carabinero está de punto fijo en las cercanías de la panadería, lo que la deja más tranquila. Al comenzar a oscurecer su miedo reaparece, ya que hay menos gente circulando, las luces son pocas, y el carabinero cambia de turno. No sabe cuándo terminará esta sensación.

Miedo

Como María, muchos antofagastinos sienten esta inseguridad y temor al conocer de hechos delictivos con violencia, ya sea por experiencias cercanas, o por los medios de comunicación. Durante los últimos meses Antofagasta ha sido escenario de homicidios violentos, incluso con tortura, como los registrados en La Portada, o los robos a mano armada que han afectado a locatarios de la Vega Central.

Según el sicólogo de la Clínica Oriente, Nelson Jara, al conocer hechos de violencia desmedida se generan efectos como inseguridad, desconfianzas y principalmente paranoia ante dichos eventos.

"Se genera una predisposición ante lugares, personas, horarios, y todo lo anterior por asociación a estos delitos. Esto considera escenas y noticias asociadas a la brutalidad de los tipos de delitos acontecidos en la zona", señala el profesional.

Para el sociólogo de la Universidad de Antofagasta, César Trabucco, la inseguridad de la sociedad antofagastina está relacionada con el crecimiento de la ciudad y la falta de certezas que se ha generado en torno a determinados barrios, gente y costumbres.

"La ciudad está creciendo a una enorme velocidad y comienzan a acabarse las certezas que existían antes, cuando todos se conocían, y los barrios eran conocidos por todos", explica.

El sicólogo y académico de la UCN, Emilio Ricci, señala que "la percepción de "in-seguridad", más que una cuestión de "delincuencia", es un problema de amplio espectro, ciertamente complejo y con implicaciones en áreas del bienestar, calidad de vida, y cuanto menos ciudadanía. El sentimiento de seguridad o riesgo desde luego que implica las decisiones cotidianas, la tolerancia y la confianza en las instituciones".

Ricci concuerda con Trabucco en el papel que juega el crecimiento de la ciudad. "El crecimiento acelerado y, en ciertos casos, desordenado de la ciudad, desde luego que contribuye a la inseguridad. Muchas veces no se planifican los barrios no existen espacios públicos de recreación -o son del todo precarios- y, en general, el servicio de alumbrado, señaléticas viales, peatonales es, por cuanto menos, deficiente. Entonces hablar de "inseguridad" y de la incertidumbre que ésta provoca en las personas; forman parte cada vez más de la experiencia cotidiana de la ciudadanía".

Efectos

La sensación de inseguridad va generando ciertos efectos en las personas, ya sea por eventos traumáticos o por situaciones de gran impacto.

Entre estos efectos figuran "angustia, estrés post traumático (derivado de víctimas de algún delito), necesidad de buscar protección. Por ello se invierten cantidades considerables de dinero en seguridad, llegando incluso a la adquisición de armamento, y lo que se vuelve más peligroso, el tomar la ley en sus propias manos, derivado de esta percepción de que los dispositivos establecidos para nuestra seguridad no cumplen su función", explica el sicólogo Nelson Jara.

Costos

En este sentido, según el estudio realizado por el Observatorio Regional de Desarrollo Sustentable (ORSA): "Antofagasta: el costo de la delincuencia 2000-2010", factores homicidios, robos, hurtos, y seguridad, implicaron un gasto de 119 mil millones de pesos, sólo el año 2010. La cifra establecida en este ámbito para el año 2000 llegó a los 41 mil millones de pesos.

En este estudio, los costos monetarios privados en prevención y disuasión incorporan el valor de los servicios de vigilancia, alarma, seguros, entre otros, y por el lado del sector público los costos se distribuyen en tres ítemes como son gasto en prevención, disuasión; investigación e identificación de los culpables y los gasto en sanción, rehabilitación e reinserción, cuya principal fuente son las glosas presupuestarias de la Ley Anual de Presupuesto. Así lo explica Cristian Rodríguez, director del Instituto de Políticas Públicas de la UCN y ORSA.

Agrega que "las altas cifras obtenidas en este ítem, ratifican la importancia de esta variable para las mediciones del bienestar de la población y la necesidad que estas cifras sean consideradas, a fin de iniciar un desarrollo eficiente de las políticas públicas regionales, encaminadas a disminuir las cifras de delincuencia y con ello mejorar problemáticas que están incidiendo con fuerza sobre las percepciones de calidad de vida de la población regional".

De acuerdo con el académico de la UCN y experto en Economía de la Delincuencia, Matteo Pazzona, "el crimen impacta a la víctima y a la sociedad, desde un punto de vista sicológico y económico".

En este último punto, el profesional comenta que "el crimen cambia los hábitos o patrones de consumo de los individuos y tiene un impacto directo en la competitividad y crecimiento económico de la región. También el crimen crea una sensación de inseguridad y desconfianza que impacta negativamente en su comercio económico".

inmigrantes

Otro aspecto que se relaciona a la criminalidad es la inmigración. A juicio del sociólogo César Trabucco, la gente ha generado esta relación de manera errada, y ante el aumento de inmigrantes, se incrementa la sensación de inseguridad en algunos.

"Ha llegado un número importante de inmigrantes, y resulta que se produjo una vinculación perversa entre inmigrantes y delitos, entonces tú hoy circulas por la ciudad, ves mucho inmigrante, y como tienes esa asociación, sin que necesariamente sea así, porque la tasa real es muy baja, ves un inmigrante y sientes esa inseguridad, al hacer la relación", manifiesta el profesional.

Para el sicólogo Emilio Ricci, "el incremento de la competitividad en la economía global, presiones de todo ámbito, laboral, social, los cambios en la estructura familiar o el énfasis en los valores individualistas son características modernas que llevan a una incertidumbre generalizada. Resulta paradójico que, al mismo tiempo, la sociedad constantemente se desarrolla, aumenta la desconfianza, el riesgo y la "inseguridad".

Inseguridad y víctimización

Según el sicólogo y académico de la UCN, Emilio Ricci, existe una diferencia entre el temor a ser víctima de la delincuencia y la realidad. "Por ejemplo, en Santiago se realizó una encuesta en la que sólo 11 de cada 100 personas reconocía que había sido víctima de una acción delincuencial, pero 80 de cada 100 reconocía que se sentía insegura en la ciudad. Entonces, es necesario considerar la diferencia entre "percepción de inseguridad" y la tasa efectiva de delitos y los consecuentes efectos en la victimización".

La próxima semana se realizará la IV versión de las Jornadas Infectológicas del Norte, las cuales tienen como propósito acercar la infectología a los profesionales de la salud y mantenerlos al tanto de las distintas temáticas relacionadas.

El jefe de la Unidad de Infectología del Hospital Regional de Antofagasta y director de la iniciativa, Pedro Usedo, manifiesta que "la primera jornada nació para introducir el tema en la macro zona norte, ya que vimos un vacío que hacía falta cubrir. En ese entonces, trajimos a todos los jefes de programas de las carreras de infectología del país".

Agrega que "las temáticas se van organizando de acuerdo a la realidad y necesidades locales. Por ejemplo, el tema de las vacunas que se está comentando actualmente, vendrá un infectólogo pediatra que nos entregará las actualizaciones en el área; también se abordará el manejo de pacientes con VIH en Unidades de Cuidados Intensivos, Hepatitis B y C desde el punto de vista microbiológico; meningitis, neumonía, uso de antibióticos y el riesgo para los profesionales de la salud ante las enfermedades infectocontagiosas".

Expositores

En esta nueva versión, se contará con destacados especialistas, entre ellos el Dr. José Cofré, Infectólogo Pediatra del Hospital Calvo Mackenna y Francisco Silva, microbiólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.

Se contará con un equipo de infectólogos adultos; el Dr. Roberto Olivares del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y Clínica Dávila; el Dr. Alexis Diomedi del Hospital Clínico Lucio Córdova, Dr. Mario Luppi del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, y con uno de los directores de la iniciativa como expositor, el Dr. Pedro Usedo, único infectólogo de la macro zona norte.