El ministro en visita Jaime Solís anunció ayer la reapertura de la investigación por la muerte de Jorge Matute Johns, ocurrida en noviembre de 1999 tras acudir a una discoteca en Concepción. El caso estaba cerrado temporalmente desde enero del 2010 por decisión del juez Juan Rubilar, que encabezaba la indagatoria en ese momento.
El magistrado de la Corte de Apelaciones penquista informó que tomó la medida porque recibió nuevos antecedentes sobre el entonces estudiante de la Universidad de Concepción, y cuyos restos aparecieron el 12 de febrero de 2004 a orillas del río Bíobío, en el camino que une a San Pedro con Santa Juana.
En conversación con El Sur, Solís confirmó que hace un mes realiza interrogatorios y envía citaciones principalmente fuera de Concepción.
Uno de los antecedentes que habría sido clave en la decisión fue el testimonio de un supuesto testigo de los hechos que terminaron con la muerte de Matute Johns.
El abogado de la familia, Fernando Saenger, y hermano de "Coke", Alex Matute, decidieron solicitar la exhumación de los restos del exestudiante de Ingeniería Forestal para que que sean periciados nuevamente por el Servicio Médico Legal (SML) y que instituciones extranjeras le realicen análisis tanatológicos y toxicológicos.
Según consta en la causa, los informes realizados en 2004 no determinaron los motivos del deceso. La familia confía en que en estos diez años la ciencia forense cuente con mejores técnicas que esclarezcan el caso.
Saenger dijo que esto último ha quedado claro en indagatorias como la muerte del exPresidente Eduardo Frei Montalva, del poeta Pablo Neruda, del cantante Víctor Jara y del exPresidente Salvador Allende.
El ministro Solís confirmó que está estudiando la petición, "pero para ello hay que determinar si con las nuevas tecnologías que posee el SML se puede precisar la causa de muerte de Jorge Matute".
Otra de las diligencias requeridas es interrogar nuevamente al ex párroco de la iglesia del Buen Pastor de San Pedro de la Paz, Andrés San Martín, quien en febrero del 2003, durante una misa en que se conmemoraba el cumpleaños 27 de Matute Johns entregó parte de una información sobre el caso que obtuvo bajo secreto de confesión.
En la oportunidad, San Martín dijo que no podía denunciar a "aquellos que secuestraron un muerto", dando a entender que el cadáver fue hecho desaparecer para ocultar el crimen y no fue secuestrado para ser asesinado. Al día siguiente, el entonces sacerdote aseguró que Matute "fue enterrado" y añadió que "difícilmente" iban a entregar el cuerpo.
La revelación le significó una amonestación de la iglesia, siendo trasladado como párroco a San Fernando.