Adiós enero
El tabaco causó cien millones de muertes en el siglo XX. Si se mantiene la tendencia, en el siglo XXI la cifra llegará a mil millones. Las muertes podrían aumentar hasta más de ocho millones al año para 2030.
"No hace falta recorrer miles de kilómetros para tener un alma en paz y recuperar las energías".
Parece que ayer despedíamos el año 2013 y hoy estamos a dos semanas de despedir el primer mes de 2014, enero. El primer mes del año, tiempo de vacaciones, de descanso y reencuentros.
Miles de chilenos se desplazan por las regiones del país y del extranjero, se busca "recargar pilas", para dar inicio nuevamente al trabajo; descansados y renovados en cuerpo y espíritu.
El trabajo es una acción que dignifica al ser humano, lo hace sentir bien y lo integra positivamente a la sociedad. Sin embargo, para tener un buen desempeño en cualquier área laboral, se requiere de un merecido y reparador descanso. Muchos lo buscan de distintas formas; el más recurrido es el de viajar fuera del lugar en que a diario vivimos e incluso, ojalá, lo más lejos posible. Conversando con un amigo, me señalaba que al parecer las distancias alargan las horas y las vacaciones nos parecían ser más extensas.
En lo personal, no estoy de acuerdo con su premisa, de acuerdo a lo que he leído, lo más importante es desconectarse del diario quehacer; hacernos respetar nuestro necesario descanso. Ninguna persona o artefacto va a resultar efectivo, esforzando su desempeño más allá de lo humano y lógico posible.
No se necesita ir al otro lado del mundo para encontrar un reparador descanso; leer, escuchar buena música, practicar nuestro hobby preferido, conversar sin apuro y en paz en familia, ver un lindo amanecer o atardecer, escuchar el canto de las gaviotas en la orilla de una playa al morir el día resultan ser una poesía para el alma, más allá de la interminable lista de trámites, papeles, maletas, apuros y grandes desembolsos de dinero.
Buscar paz y descanso es una actitud personal. Escribo estas palabras en mi columna de hoy, con la experiencia que me otorgan los años, no estoy de ninguna manera en contra de viajar, por el contrario, viajar es engrandecer el espíritu, es darse cuenta que el mundo gira alrededor del sol y no de nosotros.
No hace falta recorrer miles de kilómetros para tener un alma y mente en paz, para recuperar nuestras energías.
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