En Chile es uno de los problemas de salud prioritarios para el Gobierno. Programas como Elige Vivir Sano han apuntado a revertir los peligros que presenta esta enfermedad que causa muertes y gastos.
"La opinión pública se ha hecho cargo de lo impresentables que resultan en Chile los conflictos de interés".
En la Mitología Griega este personaje dotado de una particular belleza enamoraba a las mujeres y persistentemente las rechazaba. Entre sus enamoradas la ninfa Eco, quien a su vez había sido castigada de tal modo que al hablar sólo podía repetir la última palabra de su interlocutor. Nunca pudo contarle de su amor y pereció en el intento. Némesis, la diosa de la venganza, hizo que Narciso se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente hasta acabar arrojándose a las aguas en el intento frustrado de adoración. Allí en su memoria nació una flor.
Sigmund Freud designó con este apelativo a las personas que dotadas de una gran vanidad se enamoran de sí mismas sobreestimando sus habilidades y que hacen, además, gala de una excesiva necesidad de admiración y afirmación. Este apelativo estuvo de lado y lado, en la controversia a propósito del nombramiento de la subsecretaria de Educación, en el gobierno entrante, Claudia Peirano, especialista en temas de educación.
El exministro Joaquín Joaquín Brunner, ante los reparos formulados por los líderes estudiantiles los tachó de narcisistas. De vuelta, el diputado electo Giorgio Jackson le replicó que el Narciso era él, pues seguía defendiendo un modelo, del cual fue relevante artífice, que se cae a pedazos y cuya defensa resulta a estas alturas intolerable. Ambos en disputa se acusan de estar enamorados de sí mismos.
El resultado de esta agria controversia ya lo conocemos. La recién nombrada subsecretaria renunció a tan controversial cargo. Más allá de las eventuales desprolijidades o los triunfos o eventuales derrotas en esta pequeña crisis, hay a lo menos dos aspectos que quedan claros.
La opinión pública se ha hecho cargo de lo absolutamente impresentables que resultan en el Chile de hoy los conflictos de interés. Saturados de estos eventos durante este gobierno, la ciudadanía exige coherencia entre la cautela de lo público y el interés privado.
En segundo lugar, pero no menos importante, los movimientos sociales ya no pueden ser considerados apéndices o invitados de segundo nivel a los escenarios de la política. Ante el deterioro persistente, de los actores tradicionales, los movimientos han alcanzado una legitimidad que esta renuncia hace patente.
Sociólogo y académico Universidad de Antofagasta