¿Doble discurso o falta de información de los familiares? Lo claro es que el año pasado el Hospital Regional no registró ningún procuramiento.
Hay una ecuación que no calza en el tema de la donación de órganos. Mientras en la teoría un alto porcentaje de antofagastinos se declara partidario a los procuramientos, la realidad dista en forma sideral de estas buenas intenciones.
Y el asunto es complejo y preocupante. El 2013 no se registró ninguna donación en el Hospital Regional de Antofagasta, situación que no ocurría desde hace años y que deja en evidencia la gravedad del problema al no materializar el deseo en vida de los potenciales dadores.
Pese a las campañas impulsadas por las autoridades y la Ley de Donante Universal, los trasplantes son cada más vez difíciles debido a que esta voluntad en la mayoría de las veces no es respetada o conocida por la familia de la persona, razón por la cual este deseo queda en tierra de nadie.
Ello sin contar que detrás de cada procuramiento se activa un rápido protocolo que involucra el viaje de médicos especialistas de Santiago a la ciudad, el traslado de los órganos en un avión de la Fach y la posterior operación del paciente en la capital. Todo esto es una lucha contra el tiempo y sin contar que muchos de los órganos algunas veces no son compatibles con el enfermo.
De ahí la importancia de estimular a las personas para que manifiesten a sus familiares su deseo de dar vida después de la muerte y así aminorar las angustiantes listas de espera. Sin duda, es una decisión compleja y dolorosa, pero que requiere de una respuesta clara y rápida.
Cada uno de los casos son dramáticos, tanto de la persona que entrega sus órganos como de quien los recibe. Sin embargo, detrás de cada trasplante hay un gesto de amor que entrega vida.
Como es obvio la donación debe ser un tema que hay que conversar y analizar. Es importante que la comunidad tenga una opinión informada y que respete las voluntades individuales expresadas en vida. Hay cientos de personas que dependen de este acto de amor.