Respeto al descanso de los vecinos
El sueño de los antofagastinos se transforma muchas veces en una verdadera pesadilla debido al ruido de los locales nocturnos y pubs.
Nadie niega el desarrollo de estos locales para dar una nueva oferta de entretención a la ciudad, pero siempre y cuando sea con respeto a los derechos de los demás. Y uno de ellos es el buen dormir.
La denominada ruta de los pubs también tiene sus damnificados en el circuito que conecta el Parque Brasil con la avenida Angamos y la costanera, donde el ruido lentamente le gana espacio a las horas de descanso de muchos vecinos.
El tema adquiere mayor notoriedad con las múltiples terrazas que han aparecido para que estos recintos puedan recibir a los fumadores. Esto se traduce en un plus tanto para los clientes como para quienes son dueños de estos centros de diversión.
El problema de fondo radica en que estos recintos funcionan hasta altas horas de la madrugada y algunos de ellos claramente vulneran los decibeles (50) permitidos por Salud en horario nocturno, sin contar lo que pasa afuera de estos establecimientos. Todo ello endosable a la privación de sueño de los residentes.
En la otra cara de la moneda, está la natural expansión de las múltiples alternativas de diversión acorde a una ciudad como Antofagasta que muestra una cada vez más variada oferta nocturna y de entretención asociada a un incipiente turismo.
Desde ambas perspectivas, el asunto es complejo debido a la transformación de los barrios, situación que no debe ser sinónimo de relajo tanto en las fiscalizaciones ni en el correcto otorgamiento de las patentes de alcoholes por parte del municipio.
Es aquí donde hay que buscar soluciones ajustadas al buen criterio y el sentido común para frenar los excesos, como evitar música en vivo a todo volumen y los frecuentes karaokes entrada la madrugada. Además, estos locales tienen la obligación de invertir es aislantes de ruidos.
Para que esta premisa de buena voluntad sea conocida por todos, es necesaria una ordenanza clara que regule la aparición de terrazas en los centros nocturnos y activar los controles para detener los abusos acústicos que atentan contra el buen descanso.
Nadie niega el desarrollo de estos locales para dar un nuevo rostro a la ciudad, pero siempre y cuando sea con respeto a los derechos de los demás. Y uno de ellos es el buen dormir de los vecinos.