Una especial celebración del Día de la Mujer en cárcel de Antofagasta
Son pocos los momentos en que se puede sonreír cuando se está privado de libertad, pagando una deuda con la sociedad.
Tras las rejas, en uno de los patios interiores de la cárcel de mujeres, ayer se vivió un momento especial.
Un grupo de internas pudieron sentir, que sin importar el motivo por el que llegaron a ese lugar, alguien se tomaba el tiempo para preocuparse de ellas.
El peluquero Humberto Gutiérrez, llegó hasta la cárcel femenina de Antofagasta, para entregar su trabajo a las mujeres que están próximas a celebrar su día.
"Estamos tratando de alegrarle la vida a estas mujeres que están pasando por un momento complicado. Esta es una experiencia enriquecedora porque pasa por el lado humano. A mí me toca venir a devolverle la mano a la vida", dijo.
Las beneficiadas se sentían en una verdadera fiesta y no podían ocultar su cara de felicidad mientras eran atendidas por profesionales de la belleza.
Mujeres colombianas, peruanas, bolivianas y chilenas, tuvieron la oportunidad de cambiar su vida tras las rejas y preocuparse por ellas.
La defensora regional Loreto Flores explicó que todos los años se hace una actividad simbólica, no estrictamente ligada al rol de su servicio para mujeres vulnerables.
La autoridad manifestó que "para nosotros las mujeres privadas de libertad son muy vulnerables, porque no es lo mismo cuando se está en esa condición y contar con el apoyo de Humberto Gutiérrez, que viene de forma gratuita a ofrecer sus servicios".
La mayor de Gendarmería Elizabeth Ramos, jefa del Centro Penitenciario Femenino de Antofagasta, dijo que "la celebración del Día de la Mujer es muy importante, porque ayuda a subir el ánimo de las internas".
En total fueron 20 mujeres que recibieron esta atención especial de peluquería, que incluyó corte, tintura y peinados, de acuerdo a las necesidades de cada una de ellas.
Las beneficiarias fueron elegidas por su conducta, entre las poco más de 150 internas que están en el penal.
Viviana Rojas de 28 años, que lleva tres años y medio de condena por tráfico de drogas contó que "fue una experiencia linda, porque mis compañeras y yo, nos estamos arreglando y es algo que se ve muy a lo lejos cuando una está acá".
Dijo que estar en esa situación es una experiencia muy triste, porque como madre de tres hijos se pierde muchas etapas de su vida.
La colombiana Cindy Villanueva, de 24 años, está imputada por el delito de robo con intimidación y ya lleva 8 meses privada de libertad.
"Aquí aprendí a valorar la vida y la familia, a querer a las personas y madurar, me he sentido muy sola porque mi familia está lejos", contó.