Acceso a la información
Las instituciones públicas muestran progresos, a la luz de una fiscalización realizada por el Consejo para la Transparencia.
La cultura sobre visualizar las actuaciones de los organismos públicos aún tiene camino por recorrer, porque hay barreras que existen y se mantienen. Malas prácticas de antaño que deben terminar.
En abril de 2009 entró en vigencia la Ley 20.285 sobre acceso a la información pública, conocida también como Ley de Transparencia, luego del plazo de ocho meses fijado tras su publicación en el Diario Oficial el 20 de agosto de 2008.
Básicamente, este cuerpo legal busca visualizar a la comunidad las funciones públicas y garantizar el acceso a la información por parte de la ciudadanía respecto al quehacer de los organismos del Estado, estableciendo los procedimientos para que ello ocurra y también los casos en que existan excepciones.
Es por eso que el Consejo para la Transparencia se ha encargado de fiscalizar el derecho de acceso a la información pública durante estos dos últimos años. De acuerdo a su último informe, los organismos públicos cumplen en un 61,81%, en promedio, con la tramitación de solicitudes de información que hace la ciudadanía. La conclusión llega luego de que el consejo revisara los procedimientos de 122 instituciones a nivel nacional, entre ellas, los municipios de ocho regiones.
Entre las conclusiones, destaca el hecho de que son las superintendencias las que mejor cumplen con el acceso a la información en el marco de la legislación vigente y los servicios de salud, los que menos lo hacen.
Además, en general el cumplimiento mejoró respecto a la medición respecto al periodo anterior en un 10,77%. Sin embargo, el informe especifica que aún existen barreras, humanas y técnicas.
Entre ellas, se identificaron algunos requisitos impuestos por algunos organismos que no están contemplados en la ley, entre los que se cuentan el entregar datos como domicilio particular, número de cédula de identidad, comuna y región. Y en el caso de los trámites electrónicos, otras instituciones no cuentan con los formularios para ingresar solicitudes en sus páginas web o éstas no se encuentran operativas.
Si bien el acceso a la información pública en Chile ha avanzado a partir de esta ley, indudablemente existe mucho camino por recorrer, entendiendo que la transparencia debe ser parte de la cultura y un valor fundamental en todo organismo público y de un beneficio completo para la sociedad.