"Yo no hablo del Norte con la voz del poeta. Cuando yo hablo del Norte las que hablan son las piedras". Con esa frase se inicia "Canto al Norte" obra que reúne a Hernán Rivera Letelier y Punahue en un trabajo literario-musical basado en el poema del señero escritor.

La idea de musicalizar "Canto al Norte" se fue gestando al calor de conversaciones sostenidas con Hernán entre viajes, en medio de incómodas esperas de aeropuertos y también durante apacibles descansos de mecedora, bajo los frondosos árboles que nos acogieron en La Habana.

"Canto al Norte" es un potente retrato de paisaje que describe nuestro soleado y árido suelo. "Yo no hablo del Norte dibujado en los mapas/ coloreado en café y surcado de rayas. El que el dedo recorre sin bajar sus quebradas, sin oír sus silencios, sin otear sus distancias".

"Canto al Norte" es un viaje al corazón de nuestra identidad, donde el sentido de pertenencia emerge como lo central y las vivencias "hombre-desierto" se exponen abiertamente. "El Norte del que yo hablo es el Norte del alma, ese cartografiado en la piel de la cara. El que habita conmigo, el que tengo por casa. Mi altar es una piedra y mi patio es la pampa".

"Canto al Norte" también evoca la gesta heroica de aquellos que vinieron en busca de la vital sangre mineral que se esconde bajo su superficie. "El Norte del que yo hablo es de toda una vida, en busca de la veta o la huella perdida, ese sin horizontes, de mundo sin orillas, el de piedras que estallan en su sed infinita". "Canto al Norte" habla de la historia del hombre, aquella que duele pero que es necesario contarla, pues constituye nuestro pasado. "El Norte del que yo hablo es el Norte de sangre, el de gestas heroicas, el de atroces masacres, el de días ardientes, el de noches glaciales, el del viento que hiere con esquirlas de sales".

Pero… realmente "Canto al Norte" es una "declaración de principios", un manifiesto que declara el compromiso permanente de sus autores con su patrimonio y la vinculación eterna que asumen con él.

"Yo no hablo del Norte de la lengua hacia fuera, Dios me libre de hacerlo -Mi mujer es morena- Mis hijos tienen ojos del color de la quena. Mi padre murió aquí y mi cuerpo aquí se queda, como ofrenda a este suelo que todo me lo ofrenda".

Artista Punahue