Excarabinero insiste en la tesis del suicidio por muerte de joven
Conversó con ella, se acostó a dormir en la cama y luego un fuerte ruido lo despertó, momento en que encontró a Paulina Miranda (20) agonizando en el piso y con su cabeza sangrando. De esta forma relató el excarabinero de 28 años las circunstancias del extraño deceso su pareja en octubre de 2012, hecho por el que la Fiscalía Local investiga el delito de femicidio.
Casi dos años después de la muerte de la joven, el juicio oral contra el acusado identificado con las iniciales I.F.C.C. comenzó ayer. Aunque el proceso debía iniciarse a las 8.30 horas en la sala 1 del Tribunal de Garantía, los magistrados tuvieron que hacer un receso. Esto, ya que la abogada defensora Paulina Undurraga, aún no llegaba.
Tras media hora de espera, la profesional que reside en Santiago, explicó a los jueces que la noche anterior (domingo) ingirió agua en la ciudad, lo que le generó una serie de molestias y vómitos. A pesar de sus complicaciones, decidió seguir para no reprogramar el juicio.
El fiscal Carlos Lillo fue el primero en tomar la palabra, manifestando que demostrarán que el imputado fue quien mató a Paulina Miranda, teniendo pruebas para descartar el suicidio de la joven.
Luego, I.F.C.C. rehusó a su derecho a guardar silencio y declaró. El excarabinero dijo que el 7 de octubre, habló con la fallecida, para decirle que él dejaría la ciudad y retornaría a Santiago con su familia. Por ello, debía buscar otro lugar donde vivir, ya que compartían los gastos de la residencial.
Conversaron en la cama, él se recostó y comenzó a dormir, mientras la joven siguió sentada en el mismo lugar. Más tarde lo despertó un ruido y vio a Paulina sangrando en el piso con el arma a su lado, declaró el imputado.
Al llegar Carabineros, agregó, comenzaron a hacerle preguntas de cómo había ocurrido todo, por lo que se molestó ya que se preocupaban más de él que de la víctima. La rabia lo llevó a romper un ventana, resultando herido.
Además como estaba en "shock", lo internaron en Siquiatría del Hospital Regional. A la exposición del acusado siguieron las preguntas del fiscal Lillo, quien le consultó si alcanzó a prestar declaración a funcionarios de la PDI.
El expolicía negó esto tajantemente. Incluso se le mostró un parte policial reafirmando lo anterior, con su nombre, firma y número de carnet. Sin embargo, dijo que su letra no era la que figuraba en el documento, que la firma no correspondía y que al carnet le faltaba un número.
Precisó no recordar que fuera entrevistado por un siquiatra en el hospital. Pero el especialista declaró minutos más tarde, explicando que sólo advirtió una reacción ansiosa y defensiva. Agregó que tampoco había concordancia entre en actitud de ánimo y el fallecimiento de la pareja.
Entre quienes declararon ayer estuvo Luis Chávez, perito químico del laboratorio de la PDI en La Serena, quien aclaró que el examen que determina quién pudo disparar un arma salió negativo en Paulina.
En ella no había rastro de los elementos químicos que quedan en la mano tras percutar una pistola. Pero en cantidad mínima sí estaban en I.F.C.C. A la conclusión que llegó el perito es que ninguno de los dos disparó el arma de fuego, o bien, uno de ellos sufrió manipulación en sus manos. En el caso de la víctima este último dato se descartó, no así con el imputado.
Hasta el jueves continuará el juicio por femicidio. Juana Leiva, madre de la fallecida, sostuvo que "todo lo que ha declarado él (imputado) es mentira, las pruebas indican que no se suicidó. Sólo espero que le den la mayor condena posible". En tanto, el fiscal Carlos Lillo dijo que "en la acusación se pide presidio perpetuo simple, donde el condenado sólo puede optar a beneficios luego de 20 años de condena".