Despejando las trampas del camino
La salida de los gobernadores era previsible y hasta correcta; el daño es menor que mantenerlos bajo un fuego que resulta incómodo para ellos y nefasto para una administración que recién debuta.
"Los vecinos ahora dependen de la buena voluntad del ferrocarril para salvar sus vidas".
Durante la semana, lideramos como municipio una reunión de trabajo y oficiamos a la empresa FCAB medidas, a mi juicio, mínimas y racionales para garantizar la seguridad de miles de vecinos de los sectores de Villa Codelco, Bellavista e Iquique, quienes viven bajo la zona de inundación y deberán evacuar de sus viviendas los primeros 20 minutos ante un eventual terremoto con riesgo de tsunami.
En esta zona viven cerca de 10 mil personas, sin contar los estudiantes y trabajadores que desarrollan distintas funciones durante el día y que en total elevan la cifra de posibles afectados, pero la seguridad dependerá de una evacuación directa y rápida hasta la línea de seguridad que es calle Valdivia. Sin embargo, no hay que ser un experto en la materia para darse cuenta que los dos portones de FCAB que permanecen con candados y el débil desplazamiento por la pasarela San Francisco, son verdaderas trampas en el camino.
Sabemos bien que las catástrofes naturales no avisan fecha ni hora, por eso estos vecinos deben contar, desde hace mucho tiempo, con vías de evacuación directas que debe otorgar esta empresa instalada casi al lado de sus casas. Acaso ¿es muy tonto lo que estoy pidiendo?
No señores de FCAB, nunca será tonto ni exagerado el clamor de estos pobladores por salvar sus vidas. En la reunión que sostuvimos con la empresa y Onemi, luego del sismo ocurrido en la Región de Tarapacá, se me estremeció el corazón cuando el representante del Asilo de Ancianos preguntaba ¿cómo evacuar con sillas de ruedas y camillas a sus más de 70 abuelitos que alberga en el recinto?
Lamentablemente, hoy todos los vecinos del sector dependen de unos candados y de la voluntad de ferrocarril para salvar sus vidas.
Han pasado más de 20 años desde el terremoto de 1995 y del 2007 y aún la empresa no entrega una medida segura a la población. Hasta el momento, la respuesta es que un segundo y tercer portón será únicamente abierto por personal de seguridad apenas suenen las sirenas de tsunami, espero que la o las personas encargadas de esta operación no pierdan sus llaves en ese instante o bien arranquen por salvar su propia vida, lo cual también es humanamente entendible.
Alcaldesa de Antofagasta