Hoy la comisión que evalúa las ofertas presentadas por las cinco empresas que postulan al relleno sanitario Chaqueta Blanca, entregará su informe, y todo indica que la recomendación será declarar desierta la licitación.
En efecto, la posibilidad que la millonaria propuesta pública fracase es una realidad concreta, y así lo asumen en el municipio, donde ya preparan una segunda licitación.
Fuentes de la casa consistorial atribuyeron el problema principalmente al defectuoso diseño de las bases del concurso, desarrolladas por la anterior administración en coordinación con la Subdere.
Según se explicó, las primeras alertas se encendieron durante el periodo de aclaración de las consultas de los potenciales oferentes, etapa donde se recibieron casi 600 preguntas relacionadas con distintos aspectos de la licitación.
"Cuando tú tienes esa cantidad de consultas, es porque las bases están mal hechas", señaló un personero municipal.
Si bien en un comienzo se intentó hacer correcciones durante el desarrollo de la licitación, en definitiva esto no se logró a cabalidad, lo que habría conducido a la presentación de ofertas que, aunque cumplen en lo formal, "no serían concordantes con lo que requiere la comuna".
De esta forma, la decisión que se ha conversado al interior de la comisión evaluadora es declarar la licitación desierta debido a la "inadmisibilidad" de las cinco ofertas.
La comisión evaluadora está integrada los directores de Aseo, Obras, Secoplan, un profesional externo, el secretario municipal, además de cuatro profesionales de apoyo, y su informe debe quedar terminado hoy.
El documento será recepcionado por una segunda comisión, conformada por los mismos integrantes, más el administrador municipal y los directores de Finanzas y Jurídica, instancia que lo revisará y, lo más probable, validará.
Posteriormente el documento pasará a la Dirección de Control y de ahí a manos de la "comisión de propuesta", que hace la recomendación final a la alcaldesa Karen Rojo.
Dejar la licitación desierta implicaría un atraso importante en la esperada puesta en servicio del relleno sanitario Chaqueta Blanca, que en el tiempo ha sufrido reiteradas demoras que tienen molesta a la comunidad del sector norte.
No hay que olvidar que Chaqueta Blanca remplazará al basural La Chimba, que está calificado como uno de los vertederos más insalubres del país.
En el municipio apuestan, sin embargo, a que dicha demora, que algunos estiman en más de un año, no sería tan importante. Esto, básicamente por dos motivos.
El primero es que apenas se detectaron los problemas, la unidad jurídica de la casa consistorial comenzó a trabajar en unas nuevas bases técnicas y administrativas anticipando la posibilidad de tener que relicitar a futuro.
Dichas bases, que contienen varias correcciones y detalles antes no considerados, ya están prácticamente listas.
El segundo aspecto que acortaría los plazos es que desde la elaboración de las bases originales hasta ahora, la ley cambió, y ya no es necesario que la Fiscalía Nacional Económica revise y entregue su visto bueno a este tipo de documentos, situación que en el pasado solía tardar varios meses.
De esta manera, en la municipalidad piensan que, si en definitiva la licitación queda desierta, el segundo llamado podría estar adjudicado en cuatro meses, lo que sin dudas representaría un plazo extraordinariamente breve en procesos de esta magnitud.
Lo que la municipalidad está licitando es el diseño, construcción y operación por 20 años de una solución para el cien por ciento de los desechos domiciliarios y que opere con tecnología de relleno sanitario.
El terreno fue adquirido con recursos de la Subdere y es este organismo también el que aporta los cerca de $4 mil millones que cuesta la construcción de la infraestructura.
El privado que desarrolle el proyecto luego cobrará a la municipalidad un valor determinado (máximo $8.600 por tonelada recibida) por el tratamiento de los desechos.
Jorge Orellana, encargado regional de la Subdere, señaló que la entidad no maneja información del tema y que un posible fracaso de la licitación constituye un escenario que sencillamente no han evaluado.
Entre los concejales, la preocupación también se instaló y son varios los ediles que están pendientes del curso que tomen los acontecimientos.
Uno de los riesgos de declarar desierta la licitación radica en la posibilidad que las empresas oferentes demanden al municipio ante el Tribunal de Compras Públicas o incluso lleven el caso a Contraloría.