Aún somos considerados un campamento
Carlos Tarragó
La infraestructura de Chile exhibe cambios relevantes en las últimas décadas. Nuevas y/o remozadas carreteras, estadios, puertos, puentes y aeropuertos han cambiado la geografía del país y solucionado exigencias propias de una nación que transita por una senda de crecimiento económico.
Respecto de los aeropuertos, tanto nuevos como remodelados, muestran arquitecturas modernas, funcionales y atractivas. Ejemplo de ellos son los de Arica, Iquique y Copiapó, ¿y cómo andamos por casa? Ciertamente Cerro Moreno se había quedado atrás. Hoy se encuentra en plena ampliación de sus instalaciones y, obviamente, se aprecian situaciones incómodas, propias de una obra que se ejecuta sin dejar de operar y atender a una gran masa de público.
De todas formas quisiera señalar un par de situaciones anómalas que se aprecian actualmente y que, se espera, solo sean producto de las condiciones en que se trabaja y que, una vez terminada las obras, éstas sean solucionadas. Una de ellas es la existencia de carros portaequipajes oxidados, que parecen haber sido dados de baja de otros aeropuertos y que denotan una clara falta de respeto hacia quienes los utilizan. Además los nuevos carros, que los hay, tienen un pésimo diseño que los hace inestables. El otro punto negro son locales comerciales de tercera categoría, sin ningún aporte estético, pero con precios que asemejan a restaurantes de cinco tenedores.
Aparte de estas situaciones, perfectamente subsanables, hay otra más compleja de cambiar, ésta es el diseño del actual edificio. Sin duda que el antiguo estaba out para las necesidades actuales, sin embargo su estructura reflejaba una solidez, que hacía pensar en una construcción definitiva, mientras que el nuevo proyecto con una techumbre de lona, insinúa que se trata de algo provisorio, liviano, digno de un campamento. Una solución temporal para una ciudad de paso, así habrán pensado sus creadores.
La señalada lona ya acumula una importante capa de polvo, que la hace mostrarse sucia y deslucida ¿el contrato de concesión tendrá considerada su limpieza frecuente? En todo caso el tema de fondo es la nula participación de una visión local en los proyectos concebidos en Santiago, tal como se apreció también en la doble calzada a Mejillones. Sin duda que Antofagasta carece de voz a nivel central.