Soledad Rojas: la increíble historia de una albañil campeona de Chile
atletismo. Trabaja a la par con su esposo y gana medallas como velocista senior.
El caso de Soledad del Carmen Rojas Cepeda es diferente al de miles de jefas de hogar. Es atleta senior, algo que pueden ser todas las mujeres del mundo, pero también es albañil, un trabajo supuestamente sólo para hombres.
El esfuerzo que hace para cumplir como esposa y madre lo sobrecarga trabajando a diario en la construcción, a la par con su esposo Juan Milla, y entrenando cotidianamente para ser la triunfadora que las pistas de todo el país conocen.
En el aspecto laboral comenta que 'como la vida es tan dura, me vi obligada a ayudar a mi marido y aprender su oficio de albañil, única manera de salir adelante con la familia'.
Asegura que no se hace ningún problema en acarrear y pegar bloques, 'chicotear' la mezcla en el estuco, doblar los fierros para preparar los pilares o enyesar una pared y después pintarla.
'Acarrear la arena, el ripio o cemento en carretilla es lo más normal, lo mismo que preparar los tableros y sus soportes para armar una pesada losa, o pegar cerámicas a un radier debe quedar bueno hasta la eternidad', dice orgullosa.
Isabel del Carmen nació en María Elena y estudió en la Escuela Consolidada hasta primero medio. Se hizo velocista a los 10 años corriendo los 100 y 400 metros con el apoyo de los profesores Carlos Morales y Juana Suárez. 'Gracias a ellos siempre fui ganadora'.
El caso es que a los 17 se fue con los abuelos a La Serena, donde se enamoró, dejó de lado el atletismo, se casó con Milla y tuvo dos hijas, Paola (38), hoy casada con Richard Jofré (quien le dio dos nietos: Valey y Richard) y Andrea (34), casada con Carlos Chávez (dos nietos más, Justin y Lisbet).
En 1984 la familia se radicó en Antofagasta, donde comenzó a construir el futuro de su gente sentido real, porque además de llevar adelante el hogar, aprendió el oficio de su esposo, ser albañil.
Eso lo practica desde que Juan Milla dejó de trabajar en Mantos Blancos, un día que ella le dijo que no fuera a la faena, tras tener un presagio. Hubo un derrumbe y murieron muchos de sus compañeros.
Isabel cuenta que también presintió el aluvión de 1991. En la noche vio a su padre (fallecido años antes) diciéndole que no le pasaría nada. 'En la mañana me fue a ver mi hermano y lo hizo vestido igual que mi padre en el sueño, con un chaquetón negro y botas para desplazarse en el barro'.
Acota que 'ahí aprendimos la albañilería y hemos trabajado en todo, incluso en eventos, cocinería en Minera El Inca. No le hacemos el quite a nada. Lo bueno es que Juan no toma ni fuma. Lo malo es que tampoco baila, y a mí me gusta tanto...'.
Isabel Rojas Cepeda retomó el atletismo en los últimos años y en estos día enseña a su esposo el lanzamiento del disco, 'porque se trata de compartir todo y así viajar juntos al fin del mundo si es preciso'.
En el último Zonal de Arica ella ganó en 100 y 200 metros planos, disco, salto largo y por equipos. 'Mi mayor orgullo es ser campeona de Chile en 100 metros planos en la categoría 55-59 años'.