Caminar por el balneario Juan López en esta época del año genera la misma sensación que hacerlo por un pueblo fantasma. Es que se trata de un lugar de veraneo, donde el resto del año no viven más de 20 personas.

Esta situación hace que muchas viviendas queden prácticamente abandonadas a su suerte, poniéndolas en serio peligro de robos y daños.

En lo que va de este año, un total de 10 casas del lugar han sido prácticamente desmanteladas por delincuentes, que llegan en vehículo de carga a cometer sus delitos con absoluta tranquilidad e impunidad.

sin vigilancia

Juan López está ubicado a 38 kilómetros al norte de Antofagasta y en la actualidad no cuenta con vigilancia permanente de Carabineros ni de la Policía de Investigaciones, por lo que esperar que llegue la ayuda para atender una acción delictual puede tardar más de media hora.

Por ello, la junta de vecinos de Juan López está buscando las alternativas para poder cambiar esta historia y buscar una solución al problema. Junto con ello pedir en conjunto la ayuda a las autoridades para detener esta ola de delitos que parece no tener control.

El pasado 26 de mayo, Carabineros logró interceptar durante la madrugada un vehículo con cuatro personas, que salía desde el balneario con un cargamento de distintos electrodomésticos, incluido un refrigerador, alimentos y artículos deportivos.

Se trataba de dos hombres y dos mujeres, quienes fueron detenidos y de quienes se sospecha su participación en otros hechos similares.

Para la noche en que fueron atrapados, los delincuentes actuaron con total tranquilidad, cargaron la camioneta 3/4, como si se tratara de una mudanza, sin considerar que habían sido vistos por vecinos que avisaron oportunamente a Carabineros.

Sandra Fadic, propietaria de una vivienda en el balneario, dijo que 'es mucho lo que han robado, pese a que siempre ha ocurrido por acá, ahora esta situación ha aumentado desde el verano y nadie parece poder controlarlo'.

Ella contó que también fue víctima de un robo desde su vivienda, donde desconocidos se llevaron unos cilindros de gas, entrando a su casa por una terraza del tercer piso.

perros

Patricio Rubina, que tiene una propiedad desde el 2011, contó que 'el antecedente que tengo es que este año ya van 10 robos grandes y prácticamente desmantelan las casas. Nosotros tenemos que venir permanentemente a vigilar a pesar de que nuestra cabaña es para veranear y hemos tenido que instalar protecciones'.

Luis Plaza, que reside hace dos años en Juan López, reconoce que es normal que durante la época de invierno aumenten los robos porque las casas quedan solas. Pero también asegura que el lugar es ocupado por personas que llegan a beber alcohol y consumir drogas, sin que exista ningún control al respecto.

'Como acá hay muchas casas abandonadas es muy fácil para los delincuentes abrir una vivienda sin que nadie se dé cuenta de lo que está pasando', planteó.

Otra de las personas que viven en Juan López es Luis García, que trabaja en construcción y que se preocupa de cuidar unas 10 viviendas del lugar. 'A mí me ayudan mucho los perros, porque me avisan cuando hay alguien merodeando por el sector y uno puede salir a mirar. Hasta ahora no han robado en las casas que yo cuido por suerte'.

Según algunos vecinos del sector, muchas veces los robos quedan al descubierto al día siguiente de que ocurrieron, porque la oscuridad de la noche permite que los delincuentes trabajen con total impunidad, incluso eligen y marcan las viviendas que están más solas y donde es posible robar sin problemas.

Ronald Valenzuela, propietario del almacén 'Vitoco', que permanece abierto durante todo el año, manifestó que 'ahora estoy totalmente intranquilo y cuando tengo que salir de la casa, trato de venirme lo más rápido posible, para no dejar solo'.

El problema que tienen los vecinos del lugar es que hay muchas personas que van temporalmente a las casas, lo que hace imposible poder detectar cuando alguien está cometiendo un delito.