Pedrinos recuerdan con emoción sus últimos días en la oficina salitrera
Recuerdos. Para el aniversario volvieron a abrir sus puertas la escuela, el teatro y la pulpería.
EDGARD CROSS-BUCHANAN
Caminar por las polvorientas calles de Pedro de Valdivia, hoy tiene un sabor distinto. Cada una de sus abandonadas casas guarda en silencio el recuerdo de las familias que en ellas forjaron su historia y que debieron partir el año 1996, cuando se despobló la oficina salitrera entre los meses de abril y mayo.
83 años separan a Pedro de Valdivia, de su primera producción salitrera el 6 de junio de 1931, fecha que reúne a personas de todo del mundo que vuelven a recorrer sus calles, a entrar al teatro, sentarse en los bancos de la plaza, visitar el colegio, la pulpería o lo que queda de sus viviendas que están cubiertas por varios centímetros de polvo.
Pero lo más importante es reencontrarse con vecinos, con amigos, con compañeros de curso y tantas otras personas que están en las historias íntimas de los 'pedrinos'.
Matrimonio
Ángela Carmona y Nicolás Araya, son un matrimonio que vivió durante los últimos 23 años de historia de este pueblo. Su casa ubicada en la calle Portales número 30, era pequeña, tenía sólo dos dormitorios y en ella vivían 7 personas.
'Yo me acuerdo que cuando pasaba el camión de la basura, lo hacía por el patio. Había que salir rápido a recoger la ropa que estaba tendida, para que no terminara en el suelo', contó la señora Ángela.
Al entrar en lo que fue su casa, acompañada de su marido y dos de sus hijos, se le llenaron los ojos de lágrimas, su esposo la tomó fuerte de la mano, como para agarrar fuerzas y no romper en llanto.
'Emociona mucho volver acá, aunque estamos cerca y vivimos en María Elena, parte importante de lo que vivimos como familia lo pasamos acá, da pena ver como cada año la tierra sigue destruyendo todo, pero así es la vida, tiene un olvido que lo va dando el tiempo', recuerda don Nicolás.
La casa también le permitía ganar un dinero extra y los fines de semana vendían una 400 empanadas entre los vecinos del lugar. Por lo que visitar el pueblo para ellos es también un reencuentro con mucha gente conocida y amigos, que alguna vez llegaron a sentir como hermanos.
Muy cerca de la casa, está la plaza, punto de encuentro de todos y donde se realiza un desfile en el que participan, hijos de Pedro repartidos por distintas ciudades y que tienen conformadas verdaderas fraternidades.
No se trata de un acto tradicional, en ella pasan frente a las autoridades todos los que alguna vez hicieron patria en esta isla ubicada en medio del desierto, para extraer el salitre, que muchos llamaron el oro blanco.
El alcalde de María Elena, Jorge Godoy, que lleva 55 años viviendo en la Pampa, se emocionó al ver a la gente de Pedro de Valdivia unida en esta celebración.
'No puedo dejar de emocionarme, porque yo sé personalmente lo que significa querer a su pueblo y en el caso de Pedro de Valdivia es especial, por la importancia que tuvo esta oficina', dijo.
La autoridad contó que la Corporación Pedro de Valdivia, tiene entre sus objetivos poder abrir esta oficina al turismo. Lo que significa la contratación de guardias y guías preparados para explicar la historia de este lugar tanto para visitantes chilenos como extranjeros.
'Lo que queremos es proyectar a todo el mundo la importancia de este lugar, de modo que pueda crecer y ser valorado como un verdadero atractivo turístico, donde alguna vez vivió gente que fue parte del desarrollo histórico de Chile', dijo.
El sacerdote Vladimir Rojas, que fue el cura párroco los últimos tres años de funcionamiento de la salitrera dijo que 'es muy bonito poder tener a todos los feligreses año a año y esta es la forma que tiene el pampino de celebrar la vida, de juntarse y compartir con la gente'.
Durante la misa que se celebró en la Capilla de la Santísima Trinidad, se llamó a los matrimonios presentes a renovar sus votos y recibir una bendición especial como núcleos de sus familias.
Comercio
El comercio cobró vida también durante la celebración de este aniversario. Al menos unos 30 comerciantes se instalaron en una especie de mercado ofreciendo distintos productos de recuerdo y también una amplia variedad gastronómica.
Todo era ocasión para poder compartir con amigos y disfrutar de esta fiesta cargada de nostalgia.
Entre los productos que se ofrecían habían poleras estampadas con motivos alusivos a la antigua oficina salitrera, las que se ofrecían por $3.500.
Había también llaveros, fotos y bolsos con motivos pampinos, con la idea de que las personas puedan llevar a todas partes su identidad con este particular lugar del desierto.
También está la lucha de quienes buscan que el Registro Civil restituya en la cédulas de identidad a Pedro de Valdivia como lugar de nacimiento.
Este problema ha afectado a muchas personas que nacieron en distintas oficinas salitreras y que simplemente perdieron su lugar de nacimiento.
Se anunció una serie de gestiones, por parte de la directiva de hijos de Pedro de Valdivia, que buscarán que los parlamentarios creen las leyes necesarias para reponer en sus documentos el verdadero lugar de donde provienen.