El Ministerio de Relaciones Exteriores entregó ayer una nota de protesta a la cónsul general de Bolivia en Chile, Magdalena Cajías, por un reloj que entregó ese país a los asistentes a la cumbre del G-77 con la forma de su territorio, al que se le anexó Antofagasta y una salida al mar.
El reloj, instalado sobre un mapa de Bolivia que incluye la Región de Antofagasta, fue el regalo del Gobierno de Evo Morales a los asistentes de la pasada cumbre del Grupo de los 77, en Santa Cruz, en referencia a su aspiración marítima, que el año pasado llevó al tribunal de La Haya.
La nota de protesta fue entregada por el director general de política exterior de la Cancillería, Alfredo Labbé, y recibida por Cajías, quien fue personalmente a buscarla a la sede de la Cancillería, en el centro de Santiago, pero que no quiso realizar declaraciones tras retirarse del edificio.
souvenir
La acción había sido anunciada el miércoles por el canciller Heraldo Muñoz, quien rechazó abiertamente el souvenir del país vecino.
'El Gobierno de Chile considera que esta sorprendente representación cartográfica constituye un gesto inamistoso hacia nuestro país', sostuvo el secretario de Estado.
'Además, contradice las seguridades que entregó el Gobierno de Bolivia en el sentido de no introducir elementos ajenos a la agenda de la Cumbre G-77', agregó Muñoz.
En este sentido, el titular de Relaciones Exteriores enfatizó que 'a ningún observador se le escapa que con este mapa se alientan irredentismos superados por la historia'.
El controvertido obsequio fue presentado por el canciller boliviano, David Choquehuanca, quien sostuvo que 'este reloj tiene además un mapa con nuestro mar, nuestro litoral, que nos tiene que recordar que nuestro mar es irrenunciable. Tenemos que recordar eso todos los días, todas las horas, todos los minutos'.
La polémica ocurre en medio del litigio que ambos países mantienen en la Corte Internacional de La Haya, luego de que, el año pasado, el Gobierno que preside Evo Morales demandara a Chile ante ese tribunal de justicia, en busca de que se ordene a Santiago a negociar un acceso soberano al mar.
El 15 de abril pasado, Bolivia presentó los alegatos de su demanda ante la Corte.
Chile tiene plazo hasta febrero de 2015 para responder los argumentos de Bolivia, y el Gobierno debate actualmente la posibilidad de solicitar la incompetencia de la Corte Internacional para tratar el asunto, pues toca un tratado de límites suscrito en 1904, antes de la creación de esa instancia, en 1948.
Además, Chile insiste en que Bolivia cuenta con acceso libre -pero sin soberanía- a los puertos chilenos para poder garantizar su comercio exterior, tal como fijó el tratado.A nivel local las reacciones a la controvertida acción del país altiplánico no se hicieron esperar. En ese sentido, el senador independiente Pedro Araya catalogó el regalo como una 'irresponsabilidad del gobierno boliviano y una falta de respeto a todos chilenos'.
'Esto no hace más que fomentar la mala relación entre los dos países', agregó Araya.
Asismismo, el historiador Floreal Recabarren fue enfático en señalar que se trató de una 'soberbia' por parte de Bolivia. 'A pesar de que la demanda en La Haya aún no se resuelve, esto crea una falsa imagen de lo que realmente es ese país', indicó.