Hay recelo contra los inmigrantes y una mayoría se considera 'xenófobo'
Sociedad. Mayoritariamente, la población local se autodefine como xenófoba, lo que sería reflejo de la sociedad chilena que todavía no acepta la diversidad.
La señora Estela supera los 70 años y siempre ha vivido en Antofagasta. Recuerda el tránsito e historias de los pampinos trasladados desde las exoficinas hasta el mar, también los años en que no siempre había agua disponible y una vida de barrio caracterizada por el cierre comercial para una buena siesta después de almuerzo.
'Todo ha cambiado y yo creo que no para mejor. Es cierto que hay más edificios, pero también más delincuencia y mucha gente que no quiere a Antofagasta. El problema no es que vengan, ¡es que son tantos!', enfatiza.
Estela se detiene en los inmigrantes y manifiesta sus reparos; según su juicio, varios de los males de la ciudad se relacionan a ello y aunque se trata de juicios con poco o nulo sustento, son parte de una realidad que incomoda a muchos de los habitantes locales.
La apreciación queda refrendada en el estudio 'Percepción de los antofagastinos sobre la inmigración reciente', elaborado por Líbero Consultores y Diario El Mercurio de Antofagasta.
El informe preparado en hogares entre el 2 y el 17 de agosto, da cuenta de una situación casi increíble. Mientras el 50,10% se manifiesta a favor de la inmigración, un 49,90% manifiesta lo contrario. Considerando el error muestral de 4,8%, puede hablarse perfectamente de un empate técnico.
HOMOGÉNEO
Es probable que los conflictos de parte de la población con los extranjeros se concentren especialmente con los colombianos. Una pelea callejera tras un partido de fútbol y una manifestación en contra de la inmigración realizada en octubre pasada, parecen ser los hechos más llamativos y que incluso motivaron la reacción de la Cancillería colombiana, llamando a la 'tolerancia'.
Simón Perretta director ejecutivo de Líbero Consultores, dijo que otro detalle llamativo es que no hay diferencias marcadas entre sectores socioeconómicos, ni por edad, o sexo, en los resultados.
'Y eso es llamativo, dado que en otras sociedades e inclusive otras ciudades de Chile, por lo menos, a mayor educación hay mayor tolerancia. Esto demuestra que la sociedad antofagastina es bastante homogénea', detalló.
En general, los encuestados sostienen que la inmigración ha sido muy potente y que ha excedido la capacidad de la ciudad (53%). No obstante, cuando se pregunta si los inmigrantes han sido un aporte al desarrollo y crecimiento de la ciudad, la respuesta es categórica. Prácticamente seis de cada diez personas afirma que ello es efectivo.
Asimismo, se advierte que el 60,8% de los consultados trabaja o trabajó con inmigrantes. Al mismo tiempo apuntan que las labores realizadas por los extranjeros son aquellas que los chilenos no están dispuestos a realizar, lo que significa que las fuentes laborales no se ven mermadas por la inmigrantes.
El estudio sí precisa que en el colectivo imaginario de los ciudadanos de Antofagasta, persiste que en los próximos años continuará una 'masiva inmigración', considerando las mejores oportunidades económicas existentes en la zona.
Por ello, puntualizan que las autoridades de gobierno deben hacerse cargo de tal situación en pos del bienestar de los antofagastinos. Más inquietante resulta que un 63,8% se considere y defina como xenófobo.
'La ciudadanía todavía no está preparada para convivir con la diversidad. Este pensamiento se ve reflejado tanto en la mujeres como en los hombres, fuertemente marcado en el rango de edad de 18 a 29 años (40,1%) y del GSE C2 ( 47,3%)', dice el informe.
TOLERANCIA
Se estima que entre 20.000 y 25.000 extranjeros viven en Antofagasta, sumando peruanos, bolivianos, colombianos, uruguayos, argentinos y españoles, entre otros. Fuentes no oficiales afirman que el 90% tiene un trabajo formal.
Perretta manifiesta que gran parte de los problemas son sólo percepciones.
Y hay mucho de eso. Como las polémicas frases del exintendente Waldo Mora afirmando que las extranjeras roban los maridos de las chilenas, o han traído enfermedades, o de senadores que han acusado que el fenómeno inmigratorio ha deteriorado la calidad de vida local.
Datos de la Defensoría dan cuenta que menos del 5% de los delitos son cometidos por extranjeros y aunque el número debe verse proporcionalmente, no parece claro que los inmigrantes sean un problema social ligado a la delincuencia.
'Antofagasta no es una ciudad en la que se realicen manifestaciones violentas o en la que haya asesinatos o golpizas en contra de extranjeros. No obstante, el 55% de los inmigrantes que encuestamos se ha sentido discriminado. Esa es una cifra que denota discriminación más que xenofobia. En Chile se discrimina harto. Por raza, nacionalidad, lugar de nacimiento, colegio en el que estudiamos, lugar donde vivimos, entre otros factores', dice el director ejecutivo de Líbero Consultores.
Pero resulta evidente que el tema debe abordarse, en la opinión de Perretta. Según el profesional debe invertirse en educación, apoyada por campañas que apelen a la aceptación de la diversidad, entendiendo que es un camino largo modificar conductas, pero sólo a través de la educación desde la preescolar se logrará ser una sociedad más inclusiva, porque son los niños quienes castigarán conductas xenófobas de sus padres y cercanos.
'Falta una política nacional sobre inmigración. Una política que defina qué tipo de inmigrante requiere el país, como las que tienen los países más desarrollados. Por otro lado es necesario conjugar esa inmigración con la identidad local, para mantenerla y respetarla. Esto también para los chilenos que vienen de otras ciudades. En la percepción local también está el que Antofagasta es una 'ciudad campamento' o una 'ciudad de paso'', añadió el ejecutivo.