Israel y el movimiento islamista Hamas llegaron ayer a un acuerdo para poner fin a 50 días de guerra en Gaza, que según fuentes egipcias y palestinas incluye el alivio paulatino del bloqueo económico y el asedio militar israelí que desde 2007 estrangula la Franja.
Apenas entró en vigor, miles de personas salieron a las destruidas calles de Gaza y a las tranquilas de Cisjordania para celebrar lo que calificaron de una 'victoria sin precedente' del pueblo palestino.
'No me importa si se ha logrado o no la victoria, si los milicianos derrotaron a Israel o si el país derrotó a la resistencia armada. Todo lo que quiero es ver cómo la destrucción de esta guerra termina y Gaza es reconstruida de nuevo y que la calma prevalezca', confesó Ahmed Shaban, ciudadano de 35 años de la ciudad de Gaza.
Cerca de un centenar de kilómetros más al oeste, en el centro de Ramalah, Mohamad al Badri compartía la euforia de sus compatriotas en Gaza en una marcha plagada de banderas palestinas y del movimiento islamista.
'Israel ha aceptado todas las condiciones exigidas por los palestinos. Esta es una gran victoria para Hamas, estamos muy contentos', dijo Mohamed al Badri sobre un acuerdo que fue aplaudido de inmediato por EE.UU. y la comunidad internacional.
Pero no todo era euforia y felicidad en una Franja que durante 50 días ha sufrido intensos y continuos bombardeos en los que han muerto más de 2.100 palestinos, en su gran mayoría civiles y una cuarta parte de ellos niños, y más de 11.000 han resultado heridos.
'Gaza necesitará muchos años para recuperase, no solo para ser reconstruida, sino también para sanar sicológicamente a la población, sobre todo a los niños', criticó Hanan Abu Jamus, una gazatí de 28 años, citada por EFE.
El acuerdo fue anunciado por Hamas en torno a las 17.00 horas local (14.00 GMT) de ayer y fue confirmado dos horas después por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y por el Gobierno egipcio, que medió en su consecución.
Durante ese tiempo, la aviación israelí intensificó sus ataques en el sur de la Franja y las milicias palestinas multiplicaron los lanzamientos de cohetes y proyectiles de mortero contra el sur de Israel, intercambio en el que murió un civil israelí y tres palestinos.
Según el movimiento palestino, los términos del acuerdo incluyen un alivio del bloqueo israelí, tal y como exigían los palestinos antes del conflicto y como pedía desde hace meses el grueso de la comunidad internacional.
Este alivio incluye la apertura del paso fronterizo de Rafah -que quedará bajo el control de la Autoridad Nacional Palestina, como deseaban Israel y Egipto-, la ampliación de la zona de pesca y la relajación de las restricciones israelíes para salir de la Franja, según explicaron a EFE fuentes palestinas.
Aplazada por un mes quedó la discusión de otros asuntos, como la reapertura del puerto y el aeropuerto, la liberación de prisioneros, la entrega de los cadáveres de los soldados israelíes caídos en esta guerra y en poder de las milicias, y según fuentes israelíes, el pago de salarios a los funcionarios de Hamas.
reconstrucción
El acuerdo entre Israel y Hamas también fija las condiciones para la reconstrucción de Gaza, que según el Presidente palestino, Mahmoud Abbás, es ahora la tarea más urgente.
En una rueda de prensa ofrecida en Ramala, Abbás agradeció a Qatar y al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el papel desempeñado durante las negociaciones, y aseguró que la ONU iniciará de manera inmediata el envío de ayuda humanitaria al enclave, objeto de 'una destrucción inimaginable'.
Según datos de Naciones Unidas, más de 450 mil personas se han visto obligadas a abandonar sus casas en la Franja, miles de las cuales han quedado destruidas o sufren daños estructurales que las hacen inhabitables.
Además, los bombardeos por parte del Ejército israelí han destruido gran parte de la canalización de aguas y condenado a los gazatíes a la oscuridad, con apenas seis horas de electricidad al día.
Críticas en Israel
Aunque hasta ayer no era confirmado oficialmente, el acuerdo entre ambas partes ahondó la brecha en la coalición de Gobierno israelí y afectó la popularidad del primer ministro, Benjamin Netanyahu, quien ahora deberá luchar por conservar su puesto en el poder.
Según el diario 'Haaretz', los ministros de Exteriores, Avigdor Lieberman, y Economía, Naftalí Bennett, representantes de la extrema derecha nacionalista israelí y con capacidad para hacer caer el Ejecutivo, mostraron ayer su oposición al pacto.
Igual de crítica, Zahava Gal-On, dirigente del partido opositor de izquierda Meretz, cuestionó a Netanyahu y culpó a su 'irresponsable Gobierno' de haber puesto en bandeja la victoria a Hamas.
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