'Me han dicho regresa a tu país, no tienes los mismos derechos. Incluso en el casino de la escuela aseguran que no tengo derecho a reclamar o comprar. En Antofagasta hay discriminación, hay racismo y lo sentimos a diario. Yo valgo igual que todos y cuando me insultan les digo que son ignorantes'.
Hasta aplausos sacaron estas palabras de una estudiante del Liceo de Niñas, Marta Narea Díaz. La joven, de origen colombiano, mostró una personalidad que sorprendió al público que asistió al 'Conversatorio sobre Migración', organizado por el Consejo de Cultura y Estación Antofagasta.
La jornada se realizó ayer y contó con la presencia de la doctora en Sociología y magíster en Ciencias Sociales de la Universidad de París VIII, María Emilia Tijoux.
Otro joven del Liceo Mario Bahamonde también contó sus experiencias en la reunión.
'Creen que son mejores porque están en su país y son más blancos. Me han molestado por mi color y mi forma de hablar. Eso pasa en las escuelas de Antofagasta', indicó.
Malestar
Ambos testimonios grafican bien las situaciones a las que se exponen los inmigrantes, especialmente de color, en los colegios de la ciudad.
El malestar que expresaron los alumnos de dos de los tres colegios con más hijos e hijas de extranjeros (el tercero es la Escuela República del Ecuador), fue analizado por María Emilia Tijoux, y también por el sociólogo y académico de la Universidad de Antofagasta, César Trabucco. En este diálogo además participaron el director del Liceo Marta Narea, Sigfrido Collao, y la gobernadora de Antofagasta, Fabiola Rivero.
La conclusión a la que arribaron los expertos es que en Antofagasta no existe xenofobia, sino más bien racismo y clasismo.
Para María Emilia Tijoux, eso se da porque en la historia de Chile siempre fue un objetivo alcanzar la 'rubiedad', es decir, blanquear la raza.
'De ahí vienen las comparaciones. Tú eres más negrito, tú eres trigueño, más moreno. Esto lo vimos en la historia y ahora lo hemos visto en distintas investigaciones sobre inmigración', dijo la doctora.
Para Tijoux, el anterior no es en todo caso el único mito que afecta a la sociedad chilena. Todo lo contrario, a su juicio existen muchos más.
'Hay mitos, como que los negros saturan el sistema educacional y el público, pero el INE sostiene que la cifra de inmigrantes es de 2,4% a nivel nacional, es decir, no existe saturación de nada, sólo somos racistas, es más, el inmigrante ilegal es un manjar para las empresas porque es mano de obra barata', explicó.
La gobernadora de Antofagasta, Fabiola Rivero, refrendó los dichos de la especialista, al sostener que en todos los establecimientos educacionales existen 4.200 hijos e hijas de inmigrantes, lo que representa menos del 5% de los escolares.
'Ese es el primer mito derribado. No hay saturación ni dificultades en la gestión educativa por los inmigrantes. En el caso local, el Liceo Mario Bahamonde es el que más niños hijos de inmigrantes tiene en su matrícula, y son 130, es decir muy pocos. En salud es lo mismo, incluso la inmigración es vista como una posibilidad de natalidad en Chile, porque el país se está envejeciendo', expresó la jefa provincial.
MUJERES
María Emilia Tijoux agregó que la inmigración en el país se 'femenizó', pues la mayoría de las personas que está ingresando son mujeres.
Esto se refleja en las estadísticas que entregó la Gobernación referidas a atenciones por visas en su Departamento de Extranjería, las cuales indican que en el primer semestre de 2014 se atendió a 3.560 mujeres y 3.259 hombres.
Otro punto destacado por Tijoux es que si bien está el rechazo, hay también una atracción inmensa a lo que 'no se puede tener'.
'Las mulatas y mulatos, negras y negros, atraen a miles de chilenos. Sentimos una atracción tremenda por lo que a la vez no queremos tener. Esta atracción se ve en el trabajo del cuerpo, en la cintura pequeña, en la curvilínea mulata, en el musculoso hombre negro. Son atractivos', manifestó.
Racismo
El sociólogo César Trabucco también hizo su análisis del tema. Para el académico, es una paradoja hablar de xenofobia, cuando Antofagasta nació de la inmigración.
'Somos todos inmigrantes. Eso no nos da ningún derecho a discriminar. Entonces, cuando me presentan que hay xenofobia en Antofagasta, digo no que ese es un mal diagnóstico, puede ser racismo y clasismo, pero no xenofobia. Tenemos que hacer buenos diagnósticos, porque si no lo hacemos, no tendremos buenas políticas públicas', argumentó.
Trabucco coincidió con María Emilia Tijoux en cuanto a que el racismo que existe en la ciudad obedece a un problema global, del sistema neoliberalista que impera en el mundo.
'Creo que es universal. La respuesta a la globalización es la paradoja de la híper regionalización, la necesidad de sentirnos identificados, por eso miramos mal al que viene a nuestra tierra. La globalización es el centro que genera este problema', aseguró Trabucco.
El académico concluyó que Antofagasta es una ciudad 'nostálgica' y que el extranjero no se quedará en esta tierra.
'Es una clave porque las personas son nostálgicas del lugar que dejaron, y están con la maleta en la mano para volver algún día en vez de radicarse en esta tierra. Y eso también lo genera la minería, a la que no le interesa si la familia se va o no de Antofagasta, lo que incluso es mejor, porque cuando se acabe la veta, no tendrá un problema de 400 mil habitantes, sino uno de 200 mil, porque el resto se fue a su casa', afirmó.
Durante la conversación María Emilia Tijoux comparó la situación de Antofagasta con la migración que se produce en Francia, y sostuvo que ambas son 'muy racistas'.
'Francia es un país muy racista. Tiene la más alta votación para el Frente Nacional, pero la gracia es que tiene muchas asociaciones y políticas que permiten un equilibrio', dijo.
La socióloga agregó que Antofagasta se parece a la Francia de los años 60, cuando en dicho país se buscaba mano de obra argelina para la metalurgia.
'Tenemos que ver de qué modo nuestras interacciones son más humanas, pero no desde el humanismo liberal, sino del social, donde los derechos humanos no se trastoquen', concluyó.