Histórico relato de Mario Bahamonde vuelve a ver la luz tras casi sesenta años
Cultura. "Ala viva", con reedición de lujo, gracias al rescate del insigne Sergio Gaytán.
"Mario Bahamonde Silva era una de las tantas 'vacas sagradas' que tenía nuestra ciudad. Andrés Sabella lo fue; Pedro de la Barra; Alfredo Aranda. Lautaro Núñez estaba muy chico, pero tendría la categoría, o Guillermo Chong… Gente que tenía y hacía cultura a alto nivel, con vinculaciones nacionales e internacionales".
De esta manera se expresa Sergio Gaytán cuando alude al ilustre académico e investigador taltalino, fallecido en 1979 a los 69 años.
Gaytán, miembro de la Academia Chilena de la Lengua, rescató el texto "Ala Viva" publicado por primera vez en 1956 por Bahamonde. La creación está en su versión original, pero remozada y acompañada de un bello trabajo gráfico y otras sorpresas.
educador
"A Bahamonde le han dedicado poemas en Argentina, lo que da cuenta del calado de sus letras y del valor de la literatura regional. Lamentablemente, somos una región limítrofe que hace rato que nos hemos convertido en una isla", cita Gaytán, puntualizando el peso que tuvo el prohombre en Chile y el extranjero.
Lo recuerda como un hombre "muy serio, parco, intelectual de nota, ensimismado". Pero de una gran amplitud: escritor, educador, laico, político, regionalista y masón, por nombrar algunas de sus características.
Hijo de Antonio Bahamonde López, profesor, y doña Amelia, Mario Bahamonde Silva vivió en Taltal hasta su segundo año de humanidades.
Después, se trasladó a Santiago y terminó la secundaria en el Internado Nacional Barros Arana, donde fue dirigente estudiantil. Luego ingresó al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile a estudiar Pedagogía en Castellano y Filosofía. Paralelamente, hizo clases en el Instituto Federico Hansen.
Gaytán recuerda con gratitud su relación privilegiada con Bahamonde y otros enormes referentes de la cultura local.
"Precisamente, esto parte con la pequeña amistad, pero de muchos años con Mario Bahamonde. Es un relato publicado por primera vez en 1956 y que sigo pensando es una de las joyas de nuestra literatura nortina".
"El mar también existe y nuestro país sigue de espaldas al mar y se me ocurrió que ya era tiempo que pensáramos de nuevo en la costa y está el relato de esta garuma, que es un símbolo del pueblo, y hay otros personajes como el gaviotín, la gaviota, el cormorán, el pingüino de Humboldt. Con esto voy uniendo la literatura de Antofagasta con un punto de vista científico", detalla.
La nueva edición del texto "Ala Viva" se realizará hoy a las 19 en el Salón Auditorio del Ministerio de Obras Públicas (MOP).
El trabajo educativo y literario de Bahamonde fue extremadamente fecundo. En 1934 comenzó a trabajar en el Liceo de Hombres de Antofagasta -que hoy lleva su nombre- dictando las asignaturas de Castellano y Filosofía. Su biografía dice que inicialmente escribía poesía, pero su primer libro publicado es "Pampa volcada" (1945), que contiene tres cuentos y formó parte de la Colección La Honda, serie que reunió a casi todos los escritores de la generación del 38. Su siguiente publicación es "De cuán lejos viene el tiempo" (1951), que contiene el cuento "Toda la Pampa es un solo camino". Luego de 20 años de docencia, a sus 43 años (1954), asumió la Rectoría del Liceo en reemplazo de Santiago Seguel. Desde ese escaño se da tiempo para imprimir y publicar "Ala viva" (1956); "Poetas nortinos" (1960); "Antofagasta, pasión y poesía" (1961); "Y al Norte... la poesía" (1962). En 1995 sale "Huella rota". Por estas razones, el ensayista y crítico es distinguido junto a Andrés Sabella, Antonio Rendic, y Oscar Bermúdez, como uno de los más grande impulsores de las letras nacidas al alero del Desierto de Atacama. Daniel Rojas cita que la principal preocupación principal de Bahamonde estuvo en torno al desapego y alienación creciente que el hombre nortino experimenta frente a su cultura, leyendas, mitos e historia.