Pese a los anuncios, la Piscina Olímpica de Antofagasta, muy lamentablemente, no estará lista para el próximo verano. Con ello, un centenar de deportistas, niños y adultos mayores no contarán por segundo año consecutivo con la alberca ubicada en calle Condell.
Un golpe que se veía venir para la comunidad. Esta pileta no sólo es un lugar de esparcimiento, de encuentro y donde los niños aprender a nadar y ver el deporte como una manera entretenida de aprovechar el tiempo, sino también cumple un importante rol social para la tercera edad, detalle no menor en este análisis.
En el plano competitivo, el exitoso trabajo de los nadadores antofagastinos queda truncado ante la imposibilidad de tener un entrenamiento de alto rendimiento, por lo que éstos deben quedar sujetos a la buena voluntad de algunos establecimientos educacionales y de complejos deportivos para compartir sus instalaciones.
Hay que destacar que estos deportistas mantienen una permanente figuración en torneos escolares, certámenes nacionales y en los Judejut. Tener cerrada por un año y media una piscina es un traspié para los niños, nadadores y las respectivas asociaciones de la ciudad, que prácticamente quedan de brazos cruzados.
¿Por qué tanta demora? ¿Cuál es la causa de este problema? La burocracia y falta de capacidad de gestión parecen ser la génesis del atraso, sobre todo después de los sucesivos anuncios sobre la materia y los montos comprometidos.
Es más, en 2011, hubo un anuncio de remodelación por 846 millones de pesos.
¿Qué pasó al final? Nada. Las autoridades del Instituto Nacional del Deporte (IND) y la seremi del ramo aún están entrampadas en los arreglos de filtración de agua de la pileta, un problema que ya se tornó un dolor de cabeza con las consecuencias ya conocidas.
El nuevo anuncio de entrega de la piscina quedó fijado para abril de 2015. A la luz de los antecedentes, habrá que ver si ello se cumple o seguiremos esperando por la apertura de la Piscina Olímpica.