Libertad de trabajo y emprendimiento
Ricardo Mewes, presidente de la Cámara Nacional de Comercio apeló ante los periodistas el domingo 28 de septiembre de 2014 a la eventual afectación de la libertad de trabajo, de emprendimiento y del derecho de los clientes si prosperaba la iniciativa en la Cámara de Diputados de cerrar el comercio los días domingos y festivos a partir de las 17:00 horas. ¡Qué horror señor Mewes si se concreta este sacrilegio al sagrado Templo del mercado que dejaría de registrar monedas para el bolsillo de quienes a esa misma hora -en el crepúsculo del fin de semana- el sector que usted representa disfruta de la vida en familia, poco después de ir a la misa dominical a orar por los pobres y por la gente abusada en la Tierra! ¡Qué buen ejemplo de una moral hipócrita del "buen sentido" con el que con seguridad se han ganado el paraíso invertido los mercaderes del Templo!
Es el mismo sector de empresarios que en la Teletón experimenta una transformación alquímica de la codicia y el egoísmo en ayuda a los discapacitados en esa feria de vanidades orquestada por el gran Don Francisco, ícono del libre-mercado desregulado y de una sociedad engullida por una serpiente forrada en monedas de plata. Digo que es el mismo sector que defiende la idea neoliberal del emprendimiento y la defensa falaz de la libertad de trabajo para engordar las billeteras de los circuitos del concentradísimo poder económico chileno y, peor aún, de la cínica defensa unilateral de los derechos de los clientes sin ocultar el desequilibrio de dicha defensa en desmedro de los derechos de los trabajadores.
¡Qué0 falta nos hace hablar con la verdad en nuestro país culturalmente domesticado para ocultar nuestras intenciones! Veamos cómo esto mismo ocurre con los "aportes reservados" a los candidatos presidenciales y al Congreso haciéndonos creer que dicha regulación es para que aquellos -principalmente de la derecha- no sepan quienes les donan los aportes económicos que reciben, cuando lo que se pretende de verdad es que los ciudadanos no se enteren de quienes financian a los parlamentarios en el Congreso y cómo éstos terminan por responder en coherencia con los intereses de su clase.