"Trabajé más de tres años en una empresa de Mejillones, y después de terminar la obra, me finiquitaron. El seguro de cesantía me otorgó dos pagos por un millón 100 mil pesos. Estuve dos meses sin trabajo, y ese dinero me sirvió para solventar mis gastos", sostuvo Marcelo Biaggini, uno de los tantos beneficiarios con este beneficio.

Así como este trabajador, cientos de antofagastinos adscritos al seguro de cesantía, repletan las oficinas de la entidad, ubicadas en San Martín al llegar Sucre.

Hay que tener en cuenta que son beneficiarias todas las personas que tengan un contrato regido por el Código del Trabajo, y que estén inscritos o registrados oficialmente en el seguro de cesantía.

Obligación

"En nuestras fiscalizaciones estamos muy atentos a esta situación. Quienes incumplen con estas obligaciones están incurriendo en una falta gravísima", precisó.

La autoridad del Trabajo dijo que en casos de informalidad laboral, donde no existe un contraro, los trabajadores quedan marginados de este beneficio. "En nuestras fiscalizaciones permanentes vemos que se cumplan con los pagos de cotizaciones, de salud y del seguro de cesantía", acotó.

Pese a la amplia difusión que se dio a la entrada en vigencia de esta normativa, aún hay trabajadores que tienen desconocimiento de ésta.

En cuanto al procedimiento de afiliación voluntaria, se debe concurrir a una sucursal de AFC con fotocopia de la cédula de identidad, contrato o algún documento oficial con los datos de la empresa y fecha de ingreso, y suscribir la solicitud de afiliación al seguro de cesantía.

Una vez afiliado, AFC Chile creará una cuenta individual. Esta cuenta contiene los aportes a nombre del trabajador, y su objetivo es financiar los beneficios a que se tiene derecho mientras se está cesante.

No pueden afiliarse empleados públicos, funcionarios de las FF.AA. y de Orden, trabajadores independientes y trabajadoras de casa particular.