La mujer de hoy está buscando mejorarse en todos los aspectos de su salud, y dentro de todo eso está la esfera estética ginecológica.
El doctor Víctor Araya, ginecólogo de Clínica Antofagasta, es el único miembro en Chile de la Sociedad Internacional de Cirugía Cosmética. Por ello tiene las capacidades para realizar una cirugía estética ginecológica o íntima.
Hace 4 meses sumó a sus estudios, el título de cirujano plástico cosmético.
¿Qué problemas debe enfrentar la mujer de hoy?
-A raíz de imperfecciones en la zona genital comienza a disminuir la líbido, y surgen los problemas. Hoy en día nos consultan desde jóvenes que empiezan a tener problemas como la hipertrofia de los labios. Son mujeres que tienen problemas con la asimetría genética.
Atiendo a jóvenes que buscan cirugías reductivas de labios menores, pero también hay otro espectro de las mujeres. La clásica mujer que consulta va desde los 35 a 48 años.
¿Se trata de una tendencia o cirugía que va en aumento?
-Esta área de la medicina hay cirujanos que están haciendo cambio de sexo, es decir, se trata de una alternativa que puede ser utilizada también por hombres. Por ejemplo, en el Estado de Florida están viendo casos de cambio de sexo, o también está el mejoramiento del sexo masculino (con transferencia de grasa para aumentar el diámetro del pene).
Todo esto está enmarcado dentro de la cirugía plástica genital.
¿Cuál es el panorama que se advierte en Antofagasta?
-Desde hace unos 4 años en Antofagasta he operado a unas 150 mujeres. Es lo que más se ha explotado desde el punto de vista estético, de las cirugías plásticas.
Así ocurre en Estados Unidos donde las abdominoplastías o rinoplastías se mantienen estables en el tiempo, mientras que las cirugías plásticas vaginales han tenido un crecimiento explosivo.
Para llegar a una operación de ese tipo, la condición para las pacientes es ser sanas, y cualquier anomalía se puede corregir.
Este tipo de intervenciones tiene muy buen diagnóstico, una buena recuperación. La solución final uno lo ve a los tres o cuatro meses desde la cirugía, pero a vida sexual se puede empezar luego de tres o cuatro semanas.
Revirginación
¿También se habla de las cirugías de revirginación?
-Existe una parte de la cirugía que está asociada a la "revirginación" que es una cirugía que permite recomponer el himen. Si una mujer que ha tenido vida sexual quiere volver a ser virgen, se puede hacer la intervención.
La técnica está pero hasta el momento no he recibido ninguna petición para realizar una revirginación.
¿Se trata de procedimientos médicos complicados?
-Las cirugías estéticas vaginales son prácticamente ambulatorias, y por lo general las pacientes están un día. Si estas van acompañadas de otras cirugías obviamente la paciente tiene que tener un postoperatorio hospitalario un poco más largo, porque se trata de cirugías combinadas.
¿Por su trabajo fue distinguido como el mejor profesional de Latinoamérica?
-Dentro de poco partiré a Lima a un congreso internacional, ya que fui premiado como el mejor ginecólogo de Latinoamérica.
Estoy dedicado de lleno a la técnica del rejuvenecimiento vaginal. Al haber roce hay gratificación sexual y todo bien, pero mientras va disminuyendo ese roce que va disminuyendo con los partos y las ampliaciones naturales de la vagina, y al disminuir la líbido, aparecen los problemas sexuales.
Objetivo
¿Cuál es el objetivo final de esas cirugías?
-Lo que se busca con las cirugías es un estrechamiento y un estiramiento de la vagina. Son cirugías invasivas pero no tanto. Se aplican técnicas para reducir el diámetro de la vagina, sin producir mayor daño.
Hay mucho contacto con el porno, la industria, y se han visto muchos modelos de vaginas. De hecho hay pacientes que llegan pidiendo un tipo de vagina, y eso se logra a través de la cirugía, donde se puede aplicar una pequeña liposucción, se hace lipoestructura, es decir, se agrega grasa en los labios, etcétera.
¿Qué consejo le daría a las mujeres que tardan ver especialista?
-La mujer chilena tiene un problema, es que suele preocuparse mucho de la familia, y se posterga hasta el final, cuando ya tiene incontinencia de orina, o presenta un prolapso o miomas uterinos.
Hay que introducir cambios, la mujer no debe esperar hasta el último momento. La idea es que se pueda corregir de forma rápida situaciones que son de fácil resolución.