Carlos Aguilera tiene dos hijos en la universidad, uno de ellos estudia Medicina en La Serena, mientras que Jazmín Rocío Moreno llegó hace tres años de Cali, Colombia. Aunque sus historias son muy diferentes, en Antofagasta alcanzaron un punto en común, ambos tuvieron que recurrir a tomas de terreno porque ya no pueden pagar por un arriendo en la ciudad.
Sus testimonios representan solo una parte de las cientos de familias que actualmente viven en cuatro campamentos ubicados sobre la Población Balmaceda, en el sector norte alto de la comuna, donde se mezclan incipientes comités, con algunos que llevan años emplazados en el mismo lugar.
Carlos es un electricista oriundo de Valparaíso y vino a Antofagasta buscando mejores ofertas de trabajo. Aseguró que al poco tiempo de encontrar empleo, se dio cuenta que los $250 mil que pagaba por arrendar una vivienda resultaban un cobro excesivo.
"Aquí te pintan las piedras y te las venden, todo acá es dinero y se me hizo insostenible pagar el arriendo. Vine a la toma, que si bien no tiene todas las comodidades, me permite construir algo que será para mí", explicó electricista.
Aguilera tiene cuatro hijos, uno de ellos estudia Trabajo Social en Perú, y su hija de 22 años cursa Medicina en La Serena. Sin embargo, afirmó que él y otras cuatro familias son los únicos chilenos del comité Antofagasta Nuevo, que cuenta con 52 asociados, al que llegó por datos de un conocido.
extranjeros
Jazmín Rocío Moreno tiene 40 años y es parte de la misma toma, en un sector que cuenta con varias subdivisiones de terreno de diferentes agrupaciones. En 2011 vino a Antofagasta de vacaciones y la tranquilidad de la ciudad fue una de las cosas que la convencieron para quedarse.
Consiguió trabajo en una pensión y buscó un lugar donde vivir, pero luego los $130 mil que paga en arriendo se transformaron en un compromiso cada vez más difícil de cumplir.
"Me dijeron que estaban haciendo una toma, subí, hablé con la gente del comité y me dijeron que podía quedarme en este terreno", manifestó Jazmín. Como vive sola en el país, tiene que pagar para que le ayuden a construir y ella misma toma una pala y saca tierra y arena para hacer un camino hasta su mediagua.
Los inmigrantes son mayoría en estos campamentos, ya que son atraídos por las altas remuneraciones, pero nadie les advierte sobre el costo de vida. Eso es lo que vivió Jhon Wilder, de 33 años, quien viajó desde Palmira (Colombia), donde trabajaba como técnico en Tránsito y Transportes.
Con cinco hijos, uno de ellos chileno, lleva cuatro años residiendo en Antofagasta.
"Un amigo nos dijo que habían lotes disponibles y estuve más de una semana esperando hasta que el comité de 'Un techo para un pueblo latino' me asignó un terreno de seis por 10 metros", sostuvo Wilder. Además, dijo que ahora es mucho más complejo conseguir trabajo porque les están exigiendo visa definitiva.
cifras
El director regional de la Fundación Techo, Diego Alcalde, precisó que el número de campamentos aumentó en comparación al catastro que elaboraron durante 2013.
"El año pasado había 17 campamentos, mientras que ahora hay 21. En Antofagasta esta situación que se acentúa más, por la migración de extranjeros, personas de otras regiones y el alto costo del arriendo o la compra de viviendas", detalló Alcalde.
El director regional de Techo agregó que estos factores llevan a que muchas veces, quienes llegan a la ciudad, acudan directamente a vivir campamentos, o arriendan un par de meses para luego terminar en una toma.
"Chile es un país con poca migración, pero todo indica que esto seguirá aumentando, por lo que estamos apostando a nivel central en un cambio de políticas públicas. La idea hacerse cargo de esta realidad antes de que se transforme en un gran problema para las ciudades", puntualizó el dirigente.
Una ayuda para mitigar este escenario, apuntó Alcalde, es reducir el tiempo que necesitan los extranjeros para optar a un subsidio, que actualmente es de cinco años. Esto fue modificado hace pocas semanas por el Ministerio de Vivienda, por lo que ahora el migrante solo necesita tener RUT chileno para postular.
La diputada radical, Marcela Hernando, es categórica en afirmar que el escenario actual de los campamentos va de mal en peor, ya que las mediaguas cada vez son de materiales más sólidos, dándole un carácter de "definitivo" a la vivienda.
"Se nos viene un problema serio y es una irresponsabilidad no tomar medidas a tiempo", señaló la diputada.
Hernando sostuvo que los campamentos están aumentando de manera exponencial, en terrenos del Estado, que son ocupados de manera ilegal. Por ello, agregó, están todas las condiciones para que las autoridades competentes tomen medidas.
La parlamentaria expresó que las dificultades serán mayores si hoy existe temor de iniciar acciones que puedan considerarse antipopulistas.
"Para mí, estas son verdaderas favelas en formación y que en su mayoría son terrenos pertenecientes a Bienes Nacionales. Como la fuerza pública obedece al Ministerio del Interior, quienes pueden hacer algo son la Intendencia y la Gobernación", aseguró.
Incluso Hernando manifestó que en el lugar donde están emplazados los campamentos, pasa una matriz de Aguas Antofagasta. Esta tuvo que ser señalizada para que ningún vehículo circule o construcción se edifique en ese tramo, ya que podría provocar su rotura y generar daños en las viviendas que están bajó la falda del cerro.
"En Antofagasta esta situación se acentúa más, por la migración de extranjeros, personas de otras regiones y el alto costo del arriendo o la compra de viviendas".
Diego Alcalde
Fundación Techo Antofagasta
Lorena Troncoso, coordinadora de campamentos del municipio, dijo que la última toma (Un techo para un pueblo latino) apareció hace tres semanas. Frente a los afirmaciones de algunos de sus residentes, de que el comité consiguió terrenos con el municipio, Troncoso afirmó que eso es totalmente falso y que las tomas son completamente irregulares. "La municipalidad no tiene ninguna facultad para autorizar a familias a instalarse en terrenos que son propiedad del Estado", aseguró la funcionaria. La función municipal es solo orientar en relación a fichas de protección u otros temas y que los únicos que pueden tomar paralizar las tomas irregulares de terreno, es la Gobernación. Troncoso, dijo que según sus registros, hay 27 campamentos en Antofagasta.