Aunque el éxito de un matrimonio es imposible de predecir, un investigador estadounidense encontró varios factores que pueden indicar las probabilidades que tiene una pareja de divorciarse.
Si bien concluyó que elementos como el dinero y los hijos influyen en la duración de un matrimonio, el que más llamó la atención del científico y que identificó como uno de los clave fue la edad.
Basándose en datos de tres mil estadounidenses casados y divorciados recientemente, el experto en datos Randy Olson descubrió que las parejas que tenían la misma edad eran las menos propensas a separarse.
Así, entre más similar fuera la edad del marido y la mujer, más probabilidades tenían de que su matrimonio durara para toda la vida.
Según consignó el sitio MedicalDaily, Olson encontró que los matrimonios con cinco años de diferencia tenían un 18% más de riesgo de divorciarse, mientras que en el caso de las parejas con 20 años de diferencia, la probabilidad aumentaba en un 95%, en comparación con los matrimonios que tenían la misma edad.
El autor del estudio explicó que la razón por la que la edad es un indicador confiable es que la diferencia de edad conlleva, a su vez, a diferencias en experiencias de vida, etapas y culturas generacionales. Por ejemplo, una mujer de 25 años creció en un escenario tecnológico distinto, con normas sociales y tendencias de moda distintas que un hombre de 50 años.
Los hijos
Pese a ello, Olson asegura que es difícil atribuirle sólo a la edad el éxito o fracaso de un matrimonio, habiendo otros factores en juego.
De esta forma, y con los datos demográficos en mano, Olson encontró que tener un hijo cambia completamente el resultado de un matrimonio, ya que tener un bebé disminuye en un 76% la posibilidad de divorcio.
Sin embargo, si una persona tiene un hijo fuera del matrimonio y tiempo después se casa, la probabilidad de separarse sólo disminuye en un 59%.
Pese a estas conclusiones, Olson pide a las parejas con diferencia de edad no alarmarse, pues, explica, las estadísticas no son una bola de cristal.
El investigador indicó que en estos hallazgos sólo hay correlaciones y que, por ejemplo, una persona de 25 años puede tener la madurez suficiente para llevarse bien con otra de 50. O, al revés, una persona de 50 años puede adaptarse fácilmente a los gustos, intereses y visión de mundo de una de 25.
Olson es graduado de informática de la Universidad Estatal de Michigan, en EE.UU.
Un estudio anterior, realizado por la Universidad de Wisconsin, sugirió que las parejas con un nivel de educación similar tienden a permanecer juntas por más tiempo. Después de revisar datos de matrimonios estadounidenses entre los años 50 y 2004, la académica Christine Schwartz y su equipo encontraron que, a diferencia de lo que solía ocurrir décadas atrás, los hombres se sienten satisfechos con esposas inteligentes y con formación educacional.