Ciudad sustentable
Por estos días el británico, geógrafo y crítico social, Davis Harvey estuvo en nuestro país dictando charlas en Valparaíso y Santiago. Nosotros perdimos la oportunidad de escucharlo, no sé si por desconocimiento o desinterés. Este destacado intelectual ha logrado demostrar, en el contexto de las crisis de 1929 y la más cercana del 2000, el papel absolutamente relevante que le ha correspondido a la especulación financiera inmobiliaria en la configuración de estas debacles económicas.
Señala Harvey que en estos días el boom inmobiliario se concentra en inmuebles para los más ricos los cuales, paradojalmente, los adquieren no para vivir, sino como activos a partir de los cuales especular. Esta tendencia arroja, naturalmente, a los más pobres fuera de los lugares de mayor valor y los condena a la marginalidad, el hacinamiento y déficit muy graves en términos de calidad de vida.
Si a esta situación le agregamos un Estado pasivo en el impulso de políticas que satisfagan las necesidades de los sectores más deprivados, en el tema de vivienda, tenemos un escenario en donde las leyes del mercado definen las ciudades y transforman la calidad de vida en un bien transable a partir de los principios de oferta y demanda. En este contexto ¿es posible hablar de ciudades sustentables?
Quizás a usted, como a muchos otros, le ha llamado la atención la cantidad de edificios de departamentos, aún el fin de semana, que al atardecer lucen sin ninguna luz que dé señales de estar habitado. ¿Este paisaje mortecino tendrá algo que ver con la especulación inmobiliaria? ¿El ver, casi, batallas campales en los márgenes de la ciudad en torno a unos pocos metros tendrá que ver con el fenómeno descrito?
Las respuestas a estas interrogantes tienen mucho que decir cuando se trata de definir la sustentabilidad de las ciudades y las posibilidades de que estas alcancen estándares de calidad de vida dignos para el siglo XXI. Centrarnos solo en la cantidad de metros de áreas verdes y otros aspectos menores solo ocultan la verdadera naturaleza del problema, tal cual el pasto del estadio oculta otros conflictos.