La horrible noche en que 40 familias lo perdieron todo
tragedia. Incendio en el campamento Luz Divina destruyó el esfuerzo de años. Ahora
Aún no salía el sol y Luciano Aros (peruano) ya había perdido la cifra de cuántas carretillas con escombros había sacado. En cada viaje transportaba más de 35 kilos de tierra y cenizas, que miraba con tristeza al pensar que así terminaron los recuerdos de las familias que perdieron todo en el incendio del campamento Luz Divina, ubicado en el extremo norte de Antofagasta.
Esta tragedia golpeó a los habitantes de una toma emplazada en el sector La Chimba. Se trata del campamento más antiguo de Antofagasta, compuesto de ocho manzanas en las cuales viven más de 400 grupos familiares.
Este sitio eriazo, que no cuenta con electricidad, redes de alcantarillado ni agua potable, y que está en medio de galpones de empresas, es el único lugar que encontraron para vivir. La mayoría son inmigrantes peruanos y bolivianos.
El incendio destruyó 30 improvisadas casas construidas de material ligero, que con el paso de los años se transformaron en la residencia definitiva de sus moradores.
Luciano Aros, quien trabaja como chofer de una empresa, lleva cerca de seis años viviendo en el país y con su carretilla cooperaba ayer con la limpieza de los escombros.
horas de pánico
"Vivo cerca de donde comenzaron las llamas. Cuando oímos a las niñas gritar, fui a prestar ayuda, por eso no pude rescatar nada de mi casa, lo perdí todo", explicó el afectado. Es que el siniestro comenzó el jueves cerca de las 20.30 horas, cuando muchos preparaban las últimas cosas antes de ir a dormir.
Ocho compañías de Bomberos trabajaron para impedir que el fuego siguiera consumiendo más viviendas, en labores que se extendieron hasta la madrugada. Las construcciones de material ligero y la ausencia de grifos en el sector, ayudaron a la rápida propagación del fuego.
El intendente Valentín Volta, quien suspendió actividades programadas para evaluar en terreno la magnitud de lo ocurrido, dijo que la información preliminar sugiere que el siniestro comenzó cuando dos niñas jugaban con una vela.
"Ahora estamos trabajando en proveer alimentación, ropa y albergue a los afectados", dijo el intendente.
Volta explicó que también gestionan la rápida limpieza y el levantamiento de los escombros, pues la idea es permitir que las familias se reinstalen en el mismo lugar.
Sin embargo, al tratarse de una toma ilegal de terreno, el gobierno no puede destinar recursos públicos. Por ello será vital el apoyo de organizaciones como Fundación Techo y privados. Volta incluso aprovechó la ocasión para hacer un llamado a las personas que habitan los demás campamentos de Antofagasta.
"Deben constituirse como comités de vivienda, ya que la regularización de los campamentos pasa necesariamente por ser parte de estas organizaciones, para tener posibilidades de postular a subsidios", aclaró el jefe regional.
Quienes perdieron sus casas fueron alojados temporalmente en el Comedor María Acoge y la Capilla Nuestra Señora de la Esperanza.
Estas dependencias quedan a una cuadra del campamento, y es el mismo lugar al cual en enero llegará a vivir y trabajar el sacerdote jesuita, Felipe Berríos.
inmigrantes
Desde el municipio informaron que desarrollan una red con entes privados para dotar de mediaguas a los afectados, además de canalizar toda la ayuda que particulares hacen llegar a la casa consistorial.
La alcaldesa Karen Rojo explicó que los albergues estarán operativos hasta que las familias puedan trasladarse a sus respectivas viviendas.
"Son aproximadamente 40 familias afectadas y según el catastro oficial, la mayoría son inmigrantes, sólo hay dos grupos compuestos por chilenos", precisó la alcaldesa.
Rojo dijo que pese a que el comedor operará como albergue, seguirá atendiendo a los cera de 40 niños que todos los días reciben alimentos.
Como más del 95% de los residentes de la toma son extranjeros, la PDI y la Gobernación están a la espera de la información que les entregue el municipio para tramitar los documentos que perdieron los inmigrantes durante la tragedia.
La dirigente del campamento Luz Divina, Luisa Gutiérrez, manifestó que la cifra de damnificados llegó a 140, con 40 casas destruidas por el fuego. El campamento se formó hace nueve años y Rodríguez dijo que llevan cinco meses sin agua, hecho que desencadenó la emergencia.
"Esto pudo evitarse si dispusiéramos de agua, pues era posible apagar las primeras llamas. Tenemos falencias de electricidad y mucha contaminación, porque vivimos cerca del basural La Chimba", dijo.
Para contar con agua, agregó Luisa Gutiérrez, deben comprarla en bidones industriales a quienes llegan a ofrecer. La calidad de ésta deja mucho que desear, pero no tienen opción.
Junto con ayuda para la construcción de las mediaguas, pidieron asistencia sicológica para los niños.
"Fue traumante para ellos, salieron cuando las casas prácticamente caían sobre ellos", subrayó la dirigente.
los damnificados esperan ayuda para reconstruir sus viviendas.