200 damnificados del incendio continúan durmiendo en carpas
campamento. Inmigrantes piden más ayuda a cuatro días del siniestro en "toma".
Han pasado cuatro días desde que ocurrió el incendio en el campamento Luz Divina, del sector La Chimba. Hoy, la situación de decenas de familias sigue siendo precaria. La ayuda de la municipalidad y los centros de acopio repartidos por la ciudad han servido para darles alimento y abrigo, pero servicios básicos, como el agua o la electricidad, siguen siendo escasos.
Entre las 200 personas afectadas por el incendio, la gran mayoría son peruanos o bolivianos, que llegaron a la ciudad en busca de trabajo y oportunidades para sus hijos. El incendio del campamento Luz Divina los tomó por sorpresa, dejándolos en la calle con lo que llevaban puesto.
Desde entonces, las familias han tenido que pasar el día en carpas, comiendo en el comedor "María Acoge" y esperando que llegue la ayuda antes de que se acaben los suministros. Las voces de la tragedia se muestran tristes, pero fuertes ante la adversidad.
ayuda
Rosa Flores es peruana, y vivía en el campamento junto a sus hijos y nietos. Llegó hace tres años a Antofagasta en busca de oportunidades laborales, y para que sus hijos puedan recibir educación.
En el incendio lo perdió todo, y actualmente duerme junto a su familia en una carpa. Cuenta que todavía hay cosas fundamentales que escasean: "Nos falta servicio higiénico y más agua, también frazadas para la noche".
Si bien lamenta la pérdida de sus pertenencias, incluso de un pequeño negocio, valora que todos en su familia estén sanos y espera que pronto los niños tengan un techo y una cama donde pasar la noche.
Una historia similar vive Juan Paredes, boliviano, quien llegó hace 4 años al campamento Luz Divina. Trabaja como agricultor en La Chimba, manteniendo con eso a su esposa y a sus tres hijos.
En Antofagasta había surgido, dándole educación a sus niños e, incluso, postulando a una casa propia. El incendio ocurrió mientras no estaba, por lo que no pudo rescatar nada. "Se nos quemó todo. Ropa, documentos, incluso los cuadernos de los niños", cuenta.
A cuatro días de la catástrofe, cataloga de insuficiente la ayuda: "Seguimos en la calle y siguen faltando servicios, especialmente el agua".
Víctor Doranzo lleva casi tres años en Antofagasta. Vino desde Perú a buscar trabajo para mantener a su familia. Relata que "el apoyo de los chilenos fue muy rápido, no nos vieron por la condición social o la nacionalidad, sino como personas igual que ellos".
La gente está inquieta y espera que las ayudas se materialicen. Suministro de agua potable; cobijas; servicios de higiene y las mediaguas que les prometió el gobierno regional.