'Eran aproximadamente las 10 de la mañana, me dirigía a llevarle un café al capitán que se encontraba en el puente observando las maniobras de descarga. Cuando estábamos allí escuché un estruendo, luego siento un golpe de aire helado que corre rápidamente y se sintió una explosión enorme seguido por una llamarada que nos azotó contra los mamparos'.
Así comenzó su relato el ingeniero Luis Iván Neira Matus (66), el último sobreviviente de la tragedia del mercante 'María Elisabeth', ocurrida en la mañana del 13 de enero de 1965 en el Puerto de Antofagasta y que causó en la época una gran conmoción.
Con lágrimas en sus ojos durante algunos pasajes de la entrevista, Neira Matus, que reside desde 1973 en Plymouth (Inglaterra), continúo su relato sobre el infierno que vivió ese día.
HÉROES
Uno de los momentos que recordó claramente y que ahora, después de 50 años, aclara es que el 'María Elisabeth' fue movido de su anclaje por funcionarios de la Armada y Bomberos, descartando por completo la versión que dejaba como héroe al capitán del buque, Sergio Díaz Bernal, quien falleció horas después.
'A las únicas personas que les declararía héroes serían los marinos y bomberos. Ellos subieron por la proa para sacar el barco fuera del puerto entre las llamas y explosiones, además del humo tóxico', aseguró Neira.
En su testimonio de vida, precisó que 'quedamos quemados y semiconscientes, intentamos escapar del buque, el capitán huyó hacia el puente volante de la banda. En ese momento había una serie de pequeñas explosiones cuando un balón de gas lo golpea empujándolo al mar', precisó el sobreviviente.
DESESPERACIÓN
Luis Neira agregó que bajaba del puente para salir del barco y mientras se encontraba en los comedores escuchó unos gritos que venían desde la cocina.
'Me dirigí hacia allá y era el cocinero que estaba con su cuerpo quemado. Lo ayudé lanzándo al agua por la banda del estribor. En ese momento escuché otros gritos que eran del mayordomo con sus ojos quemados e hice lo mismo que con la otra persona', relató.
Posterior a esa acción, encontró un cachorro Pastor Alemán, que rescató subiendo hasta hasta la cubierta donde se encontraban los botes.
'Había llamas en el agua, estaba viendo donde lanzarme cuando en ese momento ocurrió otra explosión y me lanzó por los aires cayendo al mar', precisó.
Estando en el mar divisó una lancha que estaba rescatando sobrevivientes y 'asustado no quise dirigirme hacia allá y me fui nadando a un pontón de fierro donde me ayudaron a subir y fui trasladado a una ambulancia. Todo era un infierno'.
Sobre el perro, Luis Iván Neira, expresó que nunca supo de su desenlance cuando fue lanzado por la explosión.
traslado
Horas después de la tragedia, Neira junto a otros 12 heridos fueron trasladados en principio al Hospital Regional de Antofagasta, pero debido a la gravedad de sus quemaduras, los médicos decidieron trasladarlos a Santiago
Este operativo estuvo a cargo de la Fuerza Aérea de Chile (FACh). Llegaron a la capital a las 4.10 horas del 14 de enero y rápidamente fueron internados en distintos recintos asistenciales de la capital.
Dentro del equipo de traslado estaba el destacado doctor Edmundo Ziede, a cargo de la Escuadrilla de Sanidad de la FACh.
Sobre su proceso de recuperación, el oriundo de San Antonio comentó que 'el trato y las técnicas eran bastante primitivas y nos trataban prácticamente como animales y no una persona accidentada en estado de recuperación, pero (los médicos) hacían lo que estaba a su alcance'.
Tanto Neira y el resto de los lesionados recibieron la visita del entonces Presidente Eduardo Frei Montalva. 'Nos visitó cuando estábamos en tratamiento y prometió ayuda e indeminazción a todos los que habíamos sido afectados por este accidente', agregó.
Estuvo cinco meses en ese estado cuando fue dado de alta y allí comienza su odisea, cargada de rencor por el incumplimiento de los compromisos por parte de las autoridades de la época.
'Cuando me mejoré y fui capaz de caminar por mi mismo me dieron el alta. El Estado me compró un par de zapatos, un pantalón verde, una camisa amarilla y un pasaje a San Antonio donde me acompañaron dos enfermeras a dejarme al terminal de buses', confesó con melancolía el sobreviviente del 'María Elisabeth'.
Lo más extraño, agregó, es que 'nadie le avisó a mi familia que me habían dado de alta. Me tuve que valer por mis propios medios para encontrarlos'.
SECUELAS
Luis Iván Neira afirmó que hasta hoy no ha sido indemnizado al igual que el resto de los que sobrevivieron y los familiares de los fallecidos y desaparecidos.
'Hubo un tiempo que yo renegé contra mi país y fue por la manera que me trataron (...) hasta este momento no me han indemnizado por parte del Estado, pero hoy ya no tengo recor ni odio, sólo quiero contar la experiencia que me tocó vivir ese día', señaló.
Respecto a sus heridas, confesó que quedó con severas quemaduras que no fueron bien tratadas.
Sin embargo, la vida y el destino le entregaría una nueva oportunidad, dado que tuvo la posibilidad de irse a Europa casi dos años después de la tragedia en busca de una mejor vida y al mismo tiempo recuperarse de las quemaduras.
'Hice muchas cosas por el mundo y llegué a Inglaterra, donde me hicieron varias operaciones. Además me casé allí en 1973 y formé una familia', expresó.
TESTIMONIO
En este momento Luis Neira Matus se encuentra en Antofagasta, quiere ir hacia el punto exacto del hundimiento de 'María Elisabeth' para entregar una ofrenda floral.
Está de visita junto a sus dos hijos y desea hacer este ritual todos los años, pero también lo que más interesa es contar su verdad sobre el fatídico 13 de enero de 1965.
Expresó que 'no tengo razones para mentir, no gano ni pierdo con contar lo que viví. Quiero ser un aporte para la historia de Antofagasta y ahora tengo la oportunidad de hacerlo como también dar mis respetos a los compañeros de trabajo que ya no están con nosotros'.
Espera que esta tragedia sea un testimonio, dado que hubo muchas personas que fallecieron calcinadas y otras que están desaparecidas. Aún no hay exactitud de la cantidad de muertos y desaparecidos, pero de acuerdo a lo informado en esa época por 'El Mercurio de Antofagasta' hubo 5 personas fallecidas y 27 heridos.
El 'María Elisabeth' se hundió a la altura de calle Baquedano a las 11.50 horas, y ahora está a una profundidad de 500 metros.
La tragedia ocurrío por la rotura de un gigantesco estanque de gas licuado que cayó desde apróximadamente 7 metros de altura, debido a un desperfecto en la grúa que efectuaba su desembarque.
Algunos estibadores vieron el fatal avance del gas y alcanzaron a arrancar hacia tierra o a arrojarse al mar para salvar sus vidas.
09.30 horas: Primera explosión donde fueron lanzados 4 tripulantes a quienes rescataron vivos.