Los Oscar más políticos del último tiempo tuvieron inmigración, sueldos e igualdad
cine. Los actores y directores mencionaron temas reivindicatorios aprovechando la enorme plataforma de la premiación.
Se habló de inmigración, de igualdad de derechos y de sueldos, de justicia y democracia. La gala de los Oscar acaparó la noche del domingo tanta atención en las secciones de política como en las de espectáculos.
El presentador, Neil Patrick Harris, tardó apenas segundos en reflejar con humor la "blancura" de los nominados por la controvertida ausencia entre ellos de la directora y del actor principal del drama de temática afroamericana "Selma". Fue solo el inicio de una gala repleta de reivindicaciones.
No fue extraño ni novedoso. La política y el cine van habitualmente de la mano en Hollywood, bastión generalmente demócrata -excepto el republicano Clint Eastwood- y especialmente cercano a la políticas del actual Presidente, Barack Obama, que se vio en general reforzado en su agenda por las posturas de algunos actores y directores.
Patricia Arquette, Oscar a mejor actriz secundaria por "Boyhood", exigió la igualdad de derechos y de sueldos para las mujeres, reclamo tradicional de los demócratas.
El mexicano Alejandro González Iñárritu, el gran triunfador de la noche con "Birdman", pidió "respeto y dignidad" para los nuevos inmigrantes, defendiendo de forma velada las medidas ejecutivas de Obama que están combatiendo actualmente los republicanos.
El director mexicano fue objeto de una broma del actor Sean Penn, quien al anunciar la victoria de "Birdman" como mejor película, preguntó, "¿Quién le dio a este hijo de p... la tarjeta de residencia?".
La salida, que a González Iñárritu le pareció "graciosísima", causó escozor entre grupos de inmigrantes.
"Fue un insulto, un chiste a costa de todos nosotros", dijo María Rodríguez, directora de la Coalición de Inmigrantes de la Florida. "Una broma mala en un mal momento", consideró la líder de la agrupación de inmigrantes, y se preguntó por qué Penn asoció a un latino con este tema siendo que en el auditorio había también australianos e ingleses, entre otras nacionalidades.
Los cantantes John Legend y Common también reclamaron los derechos de los afroamericanos tras provocar lágrimas con su interpretación en directo de "Glory", tema principal de "Selma" que ganó el Oscar por mejor canción. El film refleja la marcha de Selma a Montgomery hace 50 años en defensa del derecho a votar de la población negra.
Obama hizo mención al aniversario en su reciente discurso del Estado de la Unión y en enero organizó en la Casa Blanca una proyección de la película con el reparto.
"'Selma' es ahora porque es ahora cuando se sigue librando la pelea por la justicia", dijo Legend, reflejando el impacto de los últimos meses en Estados Unidos por sucesos como el de Ferguson (Missouri), donde un policía blanco mató a un joven negro desarmado y no fue condenado.
Otro tema "candente" apareció cuando Laura Poitras recogió la estatuilla por mejor documental por "CitizenFour", basado en el informante Edward Snowden y sus filtraciones de 2013 sobre los programas de vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense.
"Lo revelado no solo expone una amenaza a la privacidad, sino a la democracia misma", denunció Poitras.
"Edward Snowden, el objeto del documental, no pudo estar aquí por alguna razón", dijo con sarcasmo el presentador Patrick Harris. Snowden está refugiado en Rusia porque es reclamado por la justicia de Estados Unidos.
Iñárritu, Arquette, Legend y Poitras aprovecharon el atril para sus reivindicaciones, pero no fueron tan lejos como Michael Moore al ganar el Oscar al mejor documental en 2003, cuando atacó directamente al Presidente George W. Bush por la invasión de Irak.