La voz de las madres contribuye al desarrollo del cerebro de las guaguas
investigación. Científicos del Bringham and Women's Hospital de Boston, EE.UU, determinaron que a los bebés se les desarrolla una corteza auditiva más grande.
Si bien varias investigaciones científicas ya han descubierto que la voz y los sonidos de la madre cumplen un rol fundamental en el desarrollo temprano de los niños, ahora un estudio encontró que el cerebro de las guaguas depende fuertemente de este elemento para crecer.
El trabajo, que estuvo a cargo de investigadores del Brigham and Women's Hospital de Boston, en EE.UU., estudió a 40 bebés prematuros nacidos entre ocho y 15 semanas antes de tiempo, según consignó el diario The New York Times.
Como ocurre con la mayoría de los prematuros, estos bebés fueron confinados a incubadoras y pasaron un tiempo limitado con sus madres.
"Los bebés prematuros que nacen tan temprano son, básicamente, los fetos que resultan ser por accidente", explicó Amir Lahav, profesor asistente de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y autor principal del estudio.
Usando pequeños parlantes ubicados dentro de las incubadoras, la mitad de los bebés fue expuesta a los sonidos de las voces y los latidos de sus madres por tres horas extras cada día. La otra mitad no recibió exposición adicional a estos sonidos.
Al cabo de 30 días, las guaguas del primer grupo desarrollaron una corteza auditiva más grande -el centro de audición del cerebro- que los niños del segundo grupo.
Según los autores, los hallazgos de este estudio, publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Science, podrían ayudar a guiar a los doctores y padres que cuidan de bebés prematuros, quienes a menudo sufren discapacidades cognitivas y de desarrollo.
"Esto es parte de la receta biológica sobre 'cómo cocinar un bebé'", sostuvo Lahav, citado por el medio estadounidense. El profesional añadió que "cualquier desviación de la receta original" podría resultar en problemas de desarrollo.
Cómo se hizo
Los investigadores instalaron parlantes en las incubadoras de bebés prematuros, que emitieron sonidos de los latidos y de las voces de las madres.
El resultado
Al cabo de 30 días, las guaguas que fueron expuestas a estos sonidos desarrollaron una corteza auditiva más grande que las que no recibieron estos estímulos.