Con una trayectoria que incluye 17 películas bajo el brazo, el director Tim Burton regresa este jueves a los cines nacionales con su última apuesta: "Big eyes". Por segunda vez en su carrera, el cineasta deja de lado la fantasía y los elementos góticos que le son característicos para nuevamente meterse en el mundo de las biopic ("Ed Wood"). Esta vez se centra en la vida y obra de la artista norteamericana Margaret Keane, famosa por sus cuadros de niños y animales con una característica muy representativa en sus rostros: los ojos grandes. Pero la mujer fue prisionera de su éxito.
A fines de los 50 y principios de los 60, su esposo Walter Keane se convirtió en uno de los artistas más importantes de Estados Unidos, aunque el círculo de intelectuales y críticos calificaban sus obras como Kitsch. Sin embargo, la comercialización de este arte masivo alcanzó un increíble éxito en la sociedad, e incluso, Andy Warhol alabó el trabajo firmado por Keane.
OSCURA realidad
No obstante, debieron pasar años para que el mundo y los seguidores de los ojos grandes sospecharan que las obras no eran fruto del hombre, y que la verdadera creadora de estas pinturas era Margaret. Es más, ella misma desconocía que todos pensaban que su esposo era el autor de las pinturas.
Margaret -interpretada por Amy Adams en esta cinta, gracias a lo cual ganó un Globo de Oro- pasaba día y noche trabajando encerrada en su estudio en la casa que tenía en San Francisco, mientras su esposo -representado por el ganador del Oscar Christoph Waltz- contaba que su arte estaba inspirado en los niños devastados por la Segunda Guerra Mundial.
"Una noche fuimos a un club de jazz donde él vendía los cuadros. Con su ritual habitual, me dijo que me quedara en un rincón y que no hablara con nadie para no avergonzarnos. Hasta que alguien se me acercó, la conversación derivó a la pintura y me preguntó: '¿Así que tú también pintas, como Walter?'. Ahí estábamos, en un bar lleno de pinturas mías. Me sentí humillada", comentó la verdadera artista al diario español "El País".
Cuando la mujer enfrentó a su esposo, él la amenazó de muerte si lo abandonaba o le contaba la verdad a alguien; aunque fue su personalidad tímida lo que provocó que se quedara a su lado. Es así como comenzó a dibujar los cuadros más tristes y oscuros de su carrera -con niños llorosos y callejones sin salida-, a la vez que aceptaba el engaño de su esposo.
PRODUCCIÓN
A pesar de que en reiteradas ocasiones le ofrecieron llevar su vida al cine, Margaret siempre las rechazó. Hasta que los guionistas Scott Alexander y Larry Karaszewski le mostraron el guión de "Big eyes". "Quiero que inspire a la gente a sobrellevar las cosas imposibles con esperanza y tener el coraje de hablar fuerte, de hacer lo que es correcto y si hacemos algo malo, admitirlo. Dar vuelta la pagina y empezar de nuevo haciendo lo correcto", comentó la artista tras aceptar la propuesta.
Sin embargo, el proyecto estuvo muchos años estancado, hasta que Tim Burton decidió dirigirla. El director de "El joven manos de tijera" es uno de sus fervientes seguidores, pues según él mismo ha confesado, tras crecer con las reproducciones y obsesionarse con este arte era una de las personas que siempre pensó que esos ojos grandes eran obra de Walter Keane.
"Estaba muy presente cuando yo crecí en Burbank. Es un arte urbano al que siempre tuve acceso, estaba siempre alrededor, en la casa de mi abuela, en la sala de estar, en la oficina del doctor, en las casas de mis amigos", aseguró el director.
Como muchos, el cineasta se enteró de la verdadera historia de Margaret hace poco tiempo y comentó que "me sorprendí mucho. Sabía que todo estaba documentado en los periódicos, pero no era algo muy conocido en ese entonces".
Es esa relación entre la familia Keane que le llamó profundamente la atención a Burton, por lo que necesitaba que la protagonista tuviera algunos rasgos de la artista.
MATRIMONIO KEANE
La primera vez que leyó el guión, Amy Adams no se sintió conectada con el personaje y pensó que la cinta giraba en torno a la victimización. Luego volvió a leer el texto y entendió la historia. Para lograr una mejor interpretación, la actriz visitó a Keane para entender detalles de su vida.
"Margaret es una persona tímida y reservada, así que Amy tuvo que ser esa clase de persona que en esa época trataba de surgir y ser independiente. Amy entendió eso y ayudó bastante a la creación del personaje porque ella también es un poco complicada y callada. Eso es lo que me gusta de ella. Es difícil lograr que alguien tenga ese tipo de interioridad. Es por eso que se logro una actuación sólida", detalló el director.
Incluso Margaret Keane, quedó sorprendida con la interpretación de Adams: "Fue como verme a mí misma hace 50 años". "No pude sobreponerme y entender cómo lo hizo. Su habilidad y talento son impresionantes", agregó.
Por otra parte, para interpretar a Walter era necesario elegir un actor que fuera capaz de lograr esa dualidad: un hombre con carisma pero con un lado oscuro. Aunque en un principio se hablaba de Ryan Reynolds, Christoph Waltz fue el elegido .
"Es muy difícil encontrar a alguien que pueda ser amenazante y encantador en 10 segundos de diálogo para que puedas quedar amenazada y encantada al mismo tiempo y no estás segura de qué pasó", comenta su compañera de elenco sobre el trabajo realizado por el austríaco.
"Quiero que inspire a la gente a sobrellevar las cosas imposibles con esperanza y tener el coraje de hablar fuerte".
"Es muy difícil encontrar a alguien (Christoph Waltz) que pueda ser amenazante y encantador en 10 segundos de diálogo".