"En el movimiento hay gente con el legítimo derecho a ser candidato"
"Inicié 2014 como cualquier otro año, tenía un buen trabajo, con la familia iba todo bien y al parecer el horizonte se veía muy tranquilo. Si me hubieran dicho en enero que este año me iba a parar delante de un camión con 28 toneladas de concentrado de cobre para impedir su paso junto a un transformer yo lo hubiese desestimado, pues suena como una cosa imposible. Sin embargo así fue".
El párrafo anterior, extraído de su blog, resume bien la transformación de "ciudadano anónimo" a líder social que experimentó Ricardo Díaz Cortés en sólo unos meses.
Hoy este profesor de Filosofía ocupa un lugar destacado en la escena local, y desde esa posición lanza emplazamientos al gobierno y las empresas exigiendo soluciones, e incluso imponiendo plazos.
Imposible no verlo entonces como un posible candidato, pero Díaz se desmarca y asegura que su objetivo es terminar con la contaminación, aunque deja abierta la puerta para algunas de las personas que lo acompañan.
CAMPAÑAS
¿Cómo puede influir la proximidad de las campañas municipales en el movimiento y en la posibilidad de soluciones reales?
-A nosotros nos gustaría una solución antes de… porque el tema de la politización partidista nos preocupa mucho, éste ha sido un movimiento muy transversal, con gente que opina distinto, y donde el gran trabajo ha sido conciliar posturas diversas. Entonces, no nos gustaría que esto se partidizara, porque este movimiento no es un tema de partidos políticos.
¿Hay ya indicios de esa partidización de la que habla?
-Hay intentos, hay preocupación, te llegan mensajes y es una lástima, porque acá el problema es superior, estamos hablando de la contaminación, no estamos hablando de querer ser candidatos.
Pero yo lo tengo súper claro, si en algún momento sale algún candidato del movimiento, yo confiaría plenamente en esa persona, porque ha estado con los problemas de la gente.
¿Usted en particular ha pensado ser candidato?
-Estimo que para cualquier persona es legítimo querer postular a algo, eso es claro, y nadie tiene por qué cuestionarlo. Sin embargo, mi opinión es que para ser candidato uno tiene que demostrar que ha hecho cosas por la ciudadanía y yo en lo personal no he logrado lo que quiero. Mi meta es sacar los concentrados y por eso no califico como candidato. Entonces no. No me interesa.
Pero sí cree que hay buenos candidatos en el movimiento...
-Yo he visto en este movimiento gente más clara, más proactiva, más inteligente en temas de servicio público que muchas autoridades que he conocido. Y acá hay una responsabilidad de la ciudadanía también, la ciudadanía no puede darse el lujo de no elegir bien a sus autoridades, y Antofagasta ha sido especialista en eso.
¿Qué personas del movimiento serían buenos candidatos?
-Se van a enojar conmigo (ríe) pero el vicepresidente del Cosoc, Osvaldo Chávez, un arquitecto de Taltal que es brillante. Jorge Maturana, presidente del Centro General de Padres del San Luis, quien se maneja muy bien en el tema urbanismo. Emile Ugarte, que fue quien levantó este tema. O Víctor Silva, de "No más quemas". Y así puedo seguir nombrado gente.
Aquí tienes gente valiosísima que ha levantado la voz y ellos tienen legítimo derecho a ser candidatos, porque creo que es más legítimo que los candidatos surjan de los movimientos sociales que de los cuoteos políticos.
¿En qué minuto es correcto transparentar una decisión como esa?
-Ellos concuerdan conmigo en que estamos buscando soluciones, o sea, aquí no hay que transparentar nada, nosotros estamos contra la contaminación, una vez que resolvamos eso, todos tendrán el legítimo derecho a hacer lo que quieran.
DEMANDAS
Las demandas del movimiento han ido cambiado, ¿por qué?
-Este movimiento efectivamente se inicia como una queja por lo que pasaba en el puerto, pero en el momento que comenzamos a articular distintas organizaciones pudimos advertir que el tema es más amplio y aumentó la aspiración respecto a vivir en una ciudad más limpia. Esa visión de Antofagasta como ciudad de paso es la que a muchos nos inquieta y la que no nos deja avanzar.
¿Qué es lo que piden al gobierno?
-La solución final es que se proyecte un nuevo puerto en una zona no urbana, tenemos que pensar que éste es un problema a mediano y largo plazo, los concentrados de cobre van a aumentar su producción, para allá va la minería en el futuro. Entonces, tenemos que pensar que para eso se requiere un gran puerto que permita acopiar, embarcar, sacar ese material. Y mientras eso ocurre se le deben dar a la ciudad garantías de transporte sellado. Porque entendemos claramente que la construcción de un nuevo puerto no va a ocurrir mañana.
El Megapuerto, por ejemplo, tardó casi diez años en pasar de idea a realidad. ¿Están dispuestos a esperar ese tiempo?
-Nuestras expectativas son más bien a corto plazo. En nuestros encuentros con las empresas vemos que hay mucha necesidad de hacerlo. La gran minería no soporta vivir sin la licencia social. Ahora, a diferencia del Megapuerto, acá está la presión ciudadana buscando soluciones, no podemos seguir esperando para tomar decisiones. Eso es lo que criticamos al gobierno, esa lentitud, porque es un gobierno poco práctico y poco ejecutor. Nosotros esperamos que ante la gravedad del problema se tomen medidas rápidas.
¿Sienten que se han aproximado a las soluciones que buscan?
-Yo creo que estamos siendo más escuchados que antes. Cuando empezamos el movimiento nos trataban de alarmistas, que estábamos denunciando algo que no existía. Ahora siento que hemos constatado cosas. Sabemos que el puerto contamina, hemos constatado que nuestros niños tienen trazas de metales pesados que no deberían tener. Creo que hemos posicionado el diagnóstico y ahora esperamos las soluciones.
¿Confían en el gobierno?
-El actuar del gobierno ha sido muy errático, tienes declaraciones donde un día dicen: sí, hay contaminación y después lo desestiman. Yo recuerdo frases memorables, como la exministra de Salud (Helia Molina) diciendo que para contaminarse había que pasar la lengua por el suelo (…) Por eso pensamos que el gobierno no ha hecho bien las cosas, ellos dicen que es un tema comunicacional, pero nosotros vemos que han estado mal.
Usted plantea una desconfianza en la institucionalidad, ¿cómo se avanza de esa manera?
-Sabemos que no podemos vivir en un país donde se desconfía de las autoridades, sabemos que hay que cuidar la institucionalidad, y es por eso que hemos hecho propuestas, hemos usado la institucionalidad, hemos confiado en ella. Ha sido la institucionalidad la que nos ha defraudado.
¿Eso explica el tono tan severo de su discurso frente al galpón después de la última marcha, donde da ese ultimátum al gobierno?
-Después de todas las acciones que hemos hecho a través de tantos servicios públicos, las acciones legales, incluso un recurso de protección que presenté yo y que aún no tiene respuesta, efectivamente tengo todo el derecho de plantear con vehemencia, no con agresividad, que necesitamos una solución. Hemos demostrado que existe contaminación que hay niños afectados, que no fue una falsa alarma, por lo tanto, creo que había que demostrar con mucha fuerza esa molestia ciudadana.
¿Lo que ha pasado, las decisiones de la SMA, los últimos anuncios del gobierno, son suficientes para bajar ese ultimátum?
-Estamos en un contexto distinto que ha sido favorable para nosotros, en este momento no está saliendo polvo desde el puerto, pero todavía no tenemos la respuesta del gobierno, de nuestra Presidenta y queremos que la Presidenta se pronuncie.
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