Juan Barros asume como obispo de Osorno en medio de protestas
Iglesia. El religioso pidió a los feligreses "creer" en su versión ante las acusaciones de encubrimiento a Karadima.
Cuestionado por su vínculo con el ex párroco Fernando Karadima, Juan Barros asumió ayer como obispo de Osorno en medio de protestas y expresiones de rechazo por parte de cientos de feligreses que llegaron a la Catedral San Mateo, donde se realizó la ceremonia de toma de posesión.
Carabineros cifró en 650 los manifestantes apostados fuera de la catedral. A ellos se sumaron otras 600 personas que permanecieron al interior del recinto, donde durante toda la ceremonia de asunción hubo gritos de "¡Fuera!" exigiendo la renuncia del religioso.
La designación de Barros, anunciada por el Papa Francisco en enero pasado, causó rechazo en la comunidad osornina y en algunos sectores de la Iglesia debido a que el religioso ha sido apuntado como supuesto encubridor de Karadima, condenado canónicamente por abusos sexuales.
En los días que antecedieron a la toma de posesión hubo varias voces al interior de la Iglesia que pidieron la renuncia de Barros como líder de la Diócesis de Osorno.
Sin embargo, monseñor Barros se defendió de las críticas asegurando que jamás supo de los hechos ocurridos en la parroquia El Bosque de Santiago.
Las protestas de ayer contra Barros comenzaron dos horas antes del inicio de la misa, que estaba programada para las 11.00, pero que se retrasó media hora debido a los disturbios.
Según informó SoyOsorno.cl, el momento de mayor tensión ocurrió a las 11.00, cuando los manifestantes ingresaron a la catedral, originando los primeros desórdenes.
Allí se produjo una disputa entre las personas que rechazaban la nominación de Barros, quienes la apoyaban y parte de las autoridades eclesiásticas. Hubo insultos, y Barros recibió empujones y le despojaron su mitra.
En el templo, los adherentes a Barros expresaron su apoyo a través de globos y pañuelos blancos, mientras que sus detractores lo hicieron con globos y banderas negras, además de gritos y carteles con consignas que pedían su dimisión.
Debido a la tensión, funcionarios de Carabineros debieron resguardar la seguridad al interior de la iglesia y las autoridades religiosas tuvieron que omitir algunas partes de la liturgia, como la homilía y la comunión, según detalló radio Cooperativa.
Carabineros reportó tres detenidos por desórdenes. Uno de ellos, según consignó SoyChile.cl, fue expulsado del templo acusado de agredir a un funcionario policial.
Ausencias
A la actividad no asistió ninguna de las tres primeras jerarquías de la Conferencia Episcopal, que congrega a los obispos de Chile. El cardenal Ricardo Ezzati descartó su presencia aduciendo problemas de agenda, mientras que el único político presente en la misa fue el concejal de la UDI Víctor Bravo.
En las afueras de la catedral, el diputado de la DC Sergio Ojeda manifestó su rechazo al nombramiento de Barros y dijo que "la Iglesia está llorando porque está dando la espalda a los católicos, no los está escuchando, pedimos al obispo que sea noble y que renuncie".
Otro de los parlamentarios que asistió a la protesta fue el diputado del PS Fidel Espinoza, quien expresó que "la Iglesia no puede tolerar que la máxima autoridad de la institución haya sido encubridor de abusos. Nunca la Iglesia había vivido un bochorno así de grande".
Tras la agitada ceremonia, el ahora obispo Juan Barros respondió a las acusaciones en su contra de presunto encubrimiento. "En la declaración que hice (el 16 de marzo pasado) yo creo que expresé la verdad y les pido que me crean. Con toda sinceridad y dolor expresé ahí lo que he vivido y lo que le puedo presentar a la comunidad", aseveró el religioso en radio Bío-Bío.
"Dejemos que el amor de Jesús entre en nuestros corazones y entonces con buena voluntad, cuando nos vayamos encontrando tranquilos, compartiendo, dialogando, estoy convencido de que eso tiene que salir adelante con mucha hermosura, porque un mínimo de buena voluntad todos tenemos en el corazón", agregó, en un llamado a los feligreses osorninos.
Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de Fernando Karadima, acusó al obispo Alejandro Goic y al cardenal Ricardo Ezzati de ser "cobardes e hipócritas", luego que los religiosos anunciaran que no asistirían a la toma de posesión de Barros. "Siento una tristeza enorme por su falta de humildad. Todo el país gritando que no asuma", sostuvo Cruz en radio Cooperativa. El denunciante además reiteró su acusación de que Barros conocía los abusos. "Participaba, escondía, es un hombre malo que va a entrar por la ventana a la Catedral de Osorno y no por la puerta", aseguró.