Después de estar desde el miércoles enterrados en el lodo y casi sin dormir, los taltalinos afectados por los aludes pasan rápidamente de la risa al llanto o de la rabia a la resignación. La mayoría lanza alguna broma sobre su situación, para después quebrarse mientras recuerdan la noche en que las piscinas aluvionales fueron sobrepasadas y el barro se apoderó de sus casas.
Margarita Tapia, vecina de la parte alta de calle Progreso, explica que en esa jornada primero se vino un pequeño riachuelo, pero los vecinos y operadores de máquinas intentaron detener el flujo formando montículos de tierra. A las 10 de la noche (miércoles) carabineros, previendo que las piscinas aluvionales no aguantarían la cantidad de agua caída, empezó a evacuar a la población. A las 11, el barro se metió por las calles Bilbao, Progreso y Sady Zañartu, sectores densamente poblados.
Temor
En el caso de Margarita, no alcanzó a salir y cuando entró el agua, recibió algunas descargas eléctricas. "Los vecinos nos socorrieron porque la corriente no nos dejaba bajarnos de la cama".
Como la mayor parte de los pobladores, lo que más pide es "manos" y herramientas. "Hasta ahora no nos han venido a ver, estamos trabajando solos los vecinos, ayudándonos entre todos", aclaró.
Otro poblador muestra un perro lanudo mientras sus familiares dan paladas con un reguetón sonando de fondo en una radio a pilas. "Era blanco y mira como está", dice riendo.
Pero la sensación principal en el sector alto, es de abandono. Jorge Figueroa, trabajador municipal, demuestra la frustración acumulada por esas más de 35 horas en que han lanzado paladas intentando sacar el barro. "Necesitamos ayuda, alimento, agua y no que vengan los políticos que no se mojan las manos", protestó
Los taltalinos en su mayoría creen que cada vez que ha ocurrido un desastre en su pueblo, no ha llegado ayuda suficiente. "Se le intentó bajar el perfil a lo que estaba ocurriendo, siempre ocurren cosas acá y nadie se acuerda de Taltal", dice Obdulia de calle Sady Zañartu, quien debió escapar con sus cuatro hijas. Una de ellas tiene hidrocefalia y se le perdieron sus medicamentos al tratar de cruzar el río que se formó en su calle. "No hemos visto la cara de ningún personaje. Nos llegaron a encuestar, los mismos encuestadores están con el lodo a las rodillas, pero eso no nos sirve. Necesitamos ayudas concretas", dijo.
esfuerzo
Mientras hasta la tarde de ayer en la zonas altas afectadas no habían comenzado los trabajos de limpieza, excepto por los esfuerzos de los mismos vecinos. En el sector cercano al mar las máquinas iniciaron su labor alrededor de las 10.30 horas. Efectivos del Ejército con cara de niños y voluntarios de bomberos se unieron a los pobladores construyendo zanjas para sacar el agua de las casas inundadas mientras las máquinas empujaban el barro hacia el mar.
El intendente Valentín Volta supervisó en terreno estas primeras labores (la noche anterior pernoctó en Taltal). "Es la zona más afectada y por eso se comenzó por ahí (zona baja). Lo primero es limpiar la calle para después ingresar a las casas. Empresas privadas están cooperando con maquinaria e hicimos un llamado a Minera Escondida para que nos colabore despejando la ruta entre Taltal y Paposo (que sufrió algunos desprendimientos)", aclaró.
Sobre las mayores necesidades de la comuna, la máxima autoridad regional explicó que falta principalmente agua, pañales y herramientas.
agua
Irónicamente, después de que las lluvias provocaran el aluvión que arrasó con parte del pueblo, es el agua el principal recurso faltante. En la noche del jueves se cortó el suministro en varios sectores debido a roturas de matriz, sumando otra preocupación a los ya golpeados habitantes. Tampoco se ha repuesto la electricidad en las calles afectadas por el peligro de electrocución.