Aunque las recientes precipitaciones no causaron deslizamientos de material en el sector Chaqueta Blanca, lo cierto es que el uso de esta cuenca para la instalación del futuro relleno sanitario de la ciudad es un asunto que ahora se discute mucho más que antes.
El terreno elegido por el municipio se ubica a sólo 6 kilómetros de la ciudad y constituye uno de los ramales que alimenta la quebrada Salar del Carmen, que desemboca en avenida Salvador Allende.
Según estudios hidrológicos y geológicos realizados en 2010 por el Departamento de Gestión de la Construcción de la UCN, el sector posee condiciones favorables para el desarrollo del proyecto, tanto por la conformación del terreno como por el bajo potencial de arrastre de sedimentos que existe. Sin embargo, el tema debe ser revisado y el momento de hacerlo será cuando el proyecto ingrese al Sistema de Evaluación Ambiental.
UBICACIÓN
El seremi de Obras Públicas, César Benítez, explicó que por ahora Chaqueta Blanca es sólo un anteproyecto, pues la municipalidad optó por licitar tanto su construcción y operación, como su diseño.
De esta manera, será la empresa que se adjudicó el contrato (Santa Marta) la que en los próximos meses deberá presentar la iniciativa a los servicios públicos especializados, entre ellos el MOP, con todos sus avales técnicos.
"Formalmente nosotros no conocemos el proyecto. Ese tema está pendiente y hay que analizarlo en profundidad y entre esas evaluaciones una de las más importantes es la pertinencia del lugar", indicó.
ESTUDIOS
La cuenca Chaqueta Blanca fue seleccionada por el municipio basado en estudios encargados en 2010 a la empresa KDM, que para estos efectos contrató a especialistas locales.
Uno de los informes, elaborado por el geólogo Arturo Jensen, del Departamento de Gestión de la Construcción de la UCN, indica que el terreno de Chaqueta Blanca constituye un cuerpo homogéneo muy consistente, con poco diaclasamiento (fisuras) y de baja permeabilidad, muy apropiado para soportar la carga de un relleno sanitario.
En lo referente al riesgo de aluviones, el especialista explica que puede calificarse como bajo, ya que el área escogida se sitúa en las nacientes de la cuenca, por lo que la captación de aguas lluvia es pequeña y no hay mucho material suelto para formar flujos aluviales de gran volumen.
"Es posible que al recibir la cuenca eventuales precipitaciones llegue a transportar material hacia abajo pero sin mayores consecuencias ya que, por la distribución y morfología de los depósitos observados, se puede interpretar un acarreo histórico de sólo decenas a centenas de metros", indica el geólogo.
Otro informe, del ingeniero civil e hidrólogo, Álex Covarrubias, también de la UCN, agrega que si bien las precipitaciones que se pudieran generar en la zona podrían dar lugar a pequeños caudales, éstos serían fácilmente encauzados y desviados hacia zonas alejadas, de manera que no generen riesgos para la población o la infraestructura cercana.
INSPECCIÓN
Tras las fuertes precipitaciones de la semana pasada y ante una inquietud manifestada por el concejal, Félix Acori, el municipio realizó una inspección al terreno donde se ubicará el relleno sanitario, sin detectar indicios de aluviones.
"Hemos constatado que no ha ocurrido absolutamente nada, de tal manera que el terreno reúne las condiciones, tal como lo señalaba el estudio, así es que la comunidad tiene que estar muy tranquila", indicó el administrador municipal, Rodolfo Gómez, después de la visita.
César Benítez, en tanto, recalcó que en este tipo de proyectos deben realizarse "todos los análisis del caso" y anticipó que si es necesario solicitar medidas de mitigación a la municipalidad, tales peticiones efectivamente se harán.