El complicado escenario de las bandas locales tras el cierre de Sala Fusa
música. Hoy la oferta se reduce a sólo tres espacios donde los grupos pueden mostrar su trabajo.
Durante cinco años fue el recinto de conciertos o más activo y fructífero del circuito local. En este periodo de bonanza musical fueron más de 500 tocatas las que revivieron la escena antofagastina posicionando a la Sala Fusa como una respuesta seria y profesional frente a la falta de espacios culturales en la ciudad. Un proyecto en el que estuvieron a la cabeza las hermanas Angélica y Bárbara Morgado.
Bandas y músicos nacionales como Jiminelson, Perrosky, Nano Stern, Fother Muckers, Javier Barria, Gepe y Tea Time (Los Tetas) fueron sólo algunos de los conciertos que reactivaron la música local ofreciendo cada fin de semana una alternativa no solo al público, sino también a un importante número de bandas antofagastinas que vieron en este lugar un espacio para mostrar su trabajo.
Fue así como Sala Fusa pasó a transformase en un semillero e impulsores del talento local con bandas como Desertícolas, Encefalenko, Hélices, Pulmón, Yavú, Hombre Pájaro, entre otras.
Sin embargo, tras el cierre de la sala de conciertos en diciembre del año pasado (luego de no llegar a un acuerdo para renovar el contrato de arriendo con los dueños del local) el golpe se sintió fuerte en la escena musical antofagastina la que se vio afectada además por el cierre de otros dos escenarios como fueron el ya desaparecido Deep Rock (ahora es un salón de té) y Jack Bar.
Felipe López, miembro de Narcoléptico, banda que forma parte del circuito de músicos activos de la ciudad ha visto demasiado cerrada la escena local y la inclusión de estilos dentro de los pocos locales que existen para poder mostrar su música en vivo.
'Los pocos locales que queda dentro de la ciudad restringen mucho la cantidad de volumen que sale a la audiencia y proponen siempre un show acústico o de solistas. Es por esto que nuestra banda está trabajando en conjunto con el Colectivo Independiente de Músicos de Antofagasta (CIMA) y la Asociación de Bandas de Rock de Antofagasta (ABRA) para mediante el trabajo en conjunto construir nuevos medios para mostrar la música local dentro y fuera de la ciudad', comentó el músico antofagastino.
En tanto el secretario CIMA, el periodista Jorge Ochoa, quien también participó de cerca en el movimiento musical que nació en Sala Fusa, lamenta la actual situación que atraviesa la escena local enfatizando que, 'Sala Fusa era el espacio de las bandas locales. Mientras permaneció activa al menos 3 veces al mes se ofrecían conciertos con músicos de acá. Ese era su plus. Cuando abrió el local en Antofagasta había cerca de 50 bandas activas. En la actualidad ese número se multiplicó gracias a ese espacio. Sin embargo, ahora esas bandas no tiene donde mostrar su música'.
Según el periodista otra de las razones que frena el desarrollo de la música local es que la mayoría de los pubs y recintos disponibles no cuenta con patente de cabaret que los autoriza a realizar conciertos o cualquier tipo de espectáculo.
A esto se suma que aquellos locales que si cuentan con el permiso prefieren traer bandas tributo o dj en desmedro de los grupos antofagastinos que en su apuesta ofrecen al público música cien por ciento original.
'Si hay lugares disponibles para escuchar buena música el gente no va a dudar en asistir. Por eso el tema no es una cuestión de público, sino, de espacios que estén dispuestos a promover y ser una vitrina para los grupos locales', aclaró el secretario del Colectivo Independiente de Músicos de Antofagasta.
En ese sentido, la agrupación está en conversaciones con la Corporación Cultural de Antofagasta para ver la posibilidad de contar -al menos una vez al mes- con un escenario para promover el trabajo de las bandas locales.
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